Pedro Abascal, chef ejecutivo del restaurante Düke, en la colonia Roma del Distrito Federal, conoce bien estos placeres tapatíos, “tuve la oportunidad de pasar algún tiempo ahí, a raíz de mis estudios en la Universidad Autónoma de Guadalajara, y conocer un poco más a fondo sus tradiciones,”, expresa.
Durante toda esta semana y hasta el próximo 5 de agosto, el Düke será la sede del Templo Minerva, una muestra de arte, gastronomía y oficio cervecero de Guadalajara, a partir de la propuesta de una de las cervecerías artesanales más reconocidas de la capital de Jalisco: Minerva.
“Guadalajara tiene sabores inconfundibles, inolvidables. Me dio mucho gusto cuando recibí la invitación de participar en un concepto que conjunta expresiones artísticas y gastronómicas, teniendo como punto de enlace la que es sin duda la cerveza artesanal más representativa de Jalisco”, apunta el chef.
Para Abascal, esta iniciativa es un reconocimiento a la riqueza del estado, a la cocina representativa que en su capital tiene excelentes exponentes; así como a sus artistas.
“Como es el caso de Rodo Padilla, escultor y ceramista, cuya obra hoy viene a dar un acento muy especial a Düke, un restaurante sin decoración aparente, en el que el mobiliario es más que nada la esencia del diseño. Las piezas de Rodo encajan perfectamente, como si estuvieran pensadas desde un principio para ser parte del espacio”, explica.
Técnica, color, textura
Además de un menú de interpretación de los clásicos platillos jaliscienses y un maridaje sugerido con las más representativas cervezas artesanales Minerva, – como Viena, Colonial e Imperial Stout -, la esencia de Templo Minerva es una muestra representativa de la obra de Rodo Padilla.
Descendiente de una familia de alfareros, Padilla estudió ingeniería industrial en la Universidad de Guadalajara; se especializó en ingeniería cerámica en Tokio, para después asistir a la Universidad de Artes de Nagoya, donde se enfocó al tema del diseño cerámico. Continúo su proceso formativo en Argentina e Italia. Actualmente trabaja en su estudio de Tlaquepaque, Jalisco.
“Una parte importante de las piezas que realizo, nacen del deseo de profundizar más en mi pueblo, mi gente y mis raíces”, resalta el escultor y ceramista,
Formas, colores, técnicas, forman parte esencial de la reconstrucción ideal y fortuita que desarrolla en torno a sus historias personales y colectivas, reformulándolas, recuperándolas en un discurso complejo, de total sutileza y exigencia, haciendo del manejo de las temperaturas un camino inusitado para llegar a resultados magistrales en los que la cerámica reitera su sentido ancestral de transmutación no sólo física, sino también espiritual.
Con gran presencia en ciudades como Nueva York, Miami y San Diego, en Estados Unidos, tuvo en 2012 una importante muestra titulada De los niños es el reino de los cielos, en el Instituto Cultural Cabañas de la capital jalisciense, donde nuevamente Padilla dio ejemplo de su constante espíritu innovador tanto en la aplicación de técnicas y colores como en el manejo de texturas.
“El proceso inicia desde que selecciono las arcillas más adecuadas para lograr una mezcla que cumpla con mis deseos finales. El convivir con los elementos naturales dentro del proceso para lograr expresar mi sentir, es algo que me enriquece en gran manera y me transporta más cerca del conocimiento de Dios y su naturaleza”, expresa Padilla.