SANTIAGO. Un grupo de manifestantes se separó la noche del jueves de una protesta pacífica a favor del derecho al aborto e irrumpieron en la Catedral Metropolitana de Santiago cuando se oficiaba una homilía.
Los manifestantes pintaron consignas en las paredes, rompieron adornos y arrastraron bancos hasta la Plaza de Armas, enfrente de la catedral.
Policías antimotines llegaron de emergencia al lugar para contener la protesta. La catedral está cerrada mientras se hacen las reparaciones.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, condenó el ataque: “Quisiera expresar nuestro más absoluto repudio y rechazo a este tipos de actos, porque al fin y al cabo significan no respetar el derecho de los demás”, asegur en el palacio de La Moneda.
Este jueves cerca de 5 mil personas marcharon por el centro de Santiago para demandar “aborto libre y gratuito” y para exigir el término de la “violencia ejercida por el Estado chileno”.
(Foto: Tomada del diario La Tercera)
Algunos de ellos ingresaron a la Catedral Metropolitana, interrumpieron el culto, ocasionaron destrozos y realizaron pintadas en su interior, motivo por el cual el templo permanecerá cerrado durante cinco días.
“Hablé esta mañana con el arzobispo de Santiago para expresarle nuestra total solidaridad y ratificar el fin del compromiso de este Gobierno con la libertad religiosa, con la libertad de culto y también con la protección de la vida del que está por nacer”, agregó el presidente chileno.
Además, Sebastián Piñera anunció que la intendencia de Santiago presentará querellas “para poder sancionar a los responsables de este cobarde atentado contra la Iglesia católica”.
En tanto, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, también anunció en una conferencia de prensa que presentarán una querella y pidió el perdón para quienes provocaron los destrozos.
Por otra parte, Natalia Flores, secretaria ejecutiva del Observatorio de Género y Equidad, afirmó hoy a Radio Cooperativa que no avala los actos de violencia pero que entiende lo ocurrido.
“Si me preguntan si llego a entender que un grupo de manifestantes, que se ha sentido oprimido, discriminado, agredido y violentado por una institución, que en este caso es la institución católica (…) puedan llegar a manifestarse en la forma en que sucedió en la catedral ayer, yo lo entiendo”, aseveró Flores.
Asimismo, la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, apuntó hoy ante los periodistas que no es “una persona creyente”, pero que sintió que “las personas que estaban en la iglesia en ese momento estaban siendo agredidas de una forma gratuita que no es aceptable”.
Tohá se encontraba entre los asistentes a la misa que celebraba el arzobispo metropolitano de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, con motivo de la festividad de Santiago Apóstol.
El aborto es ilegal en Chile desde la época de la dictadura de Pinochet, incluso si es por razones médicas o en casos de violaciones. El gobierno del presidente Sebastián Piñera se ha negado a levantar la restricción. (Agencias)