El mundo del espectáculo y el glamour siempre está enmarcado por lo que el personaje proyecta y lo que la gente percibe, por lo mismo, las joyas son indispensables para lograr posicionar estatus y encanto pero, esas joyas o ropa te pueden llevar al abismo.

 

Casos en los que las famosas han entrado a las tiendas de moda a probarse prendas y luego las roban, son muchos. Uno de los más famosos fue el de la actriz Winona Ryder quien fue sorprendida, y filmada, en 2002 robando en un almacén en Beverly Hills, fue procesada y encontrada culpable por lo que tuvo que cumplir con una condena de libertad condicional y el pago de casi 8 mil dólares para resarcir el daño.

 

El costo para Winona fue mayor, pues a partir de ahí su carrera se vino abajo y nunca pudo recuperar el status en el que se encontraba.

 

Otro caso similar ocurre con las marcas que prestan sus prendas a celebridades para que las promuevan, por supuesto, en las reglas de préstamo está el devolverlas, algo que no todas hacen, como Lindsay Lohan quien ya en varias ocasiones no ha querido regresar joyas y vestidos que le han sido prestados.

 

Lo peor es que a pesar de que han levantado cargos en su contra y tiene juicios atendiendo de este tipo, sigue sin aprender e incluso ha sido en casa de amigos de donde Lindsay ha sustraído joyas para su beneficio.

 

Esto no se limita por supuesto a las estrellas. Salió a la luz que la ex vicepresidente de Desarrollo de Productos de la casa de joyas Tiffany&Co., quien salió de la corporación por un recorte de personal, Ingrid Lederhaas-Okun no regresó a la tienda 164 piezas que debía verificar después del proceso de autorización de distribución a las tiendas en el mundo, se trata de aretes, collares, pulseras y anillos con diamantes, oro y platino con un valor de más de 2 millones de dólares.

 Tiffany-Co

Por supuesto a su salida la descubrieron y el FBI tomó el asunto, encontraron que algunas piezas las vendió en 1.3 millones de dólares y otras estaban aún en su lujosa mansión en Connecticut.

 

En resumen, la tentación es mucha, el anhelo por tener cosas que no siempre se pueden adquirir es mayor pero, aunque uno vea que personalidades incurren en estos delitos, evite meterse en líos, es mucho mejor estar a la moda con bisutería y prendas de bajo costo, que a la moda con overol de rallas.