Los archivos nacionales británicos dieron a conocer un discurso escrito para que pronunciara la reina Isabel II en caso de una guerra nuclear hace más de 30 años.
El discurso fue elaborado por los funcionarios del gobierno en 1983 mientras la OTAN realizaba juegos de guerra durante uno de los períodos más tensos de la Guerra Fría.
En el discurso – que nunca fue grabado – la reina iba a instar a la nación a permanecer firme ante la locura de la guerra y describía la amenaza a Gran Bretaña como más grande que cualquier otra en la historia.
A pesar de que era sólo una simulación, el texto del discurso de la reina –escrito para ser emitido al mediodía del viernes 4 de marzo de 1983 – tenía por objeto preparar al país para la dura prueba de una Tercera Guerra Mundial.
“Ahora, esta locura de la guerra una vez más se esparce por el mundo y nuestro valiente país debe volver a prepararse para sobrevivir frente a grandes dificultades”, dice el discurso.
En el ejercicio de juegos de guerra, las fuerzas del bloque naranja – representando a la Unión Soviética y sus aliados del Pacto de Varsovia – lanzaron un ataque con armas químicas en el Reino Unido.
“Nunca he olvidado el dolor y el orgullo que sentí cuando mi hermana y yo nos apretábamos contra la radio para escuchar las palabras inspiradoras de mi padre (George VI) en aquel fatídico día de 1939 (inicio de la II Guerra Mundial)”, agrega.
“Ni por un solo instante me imaginé que este deber solemne y terrible que un día caerá a mí.
“Pero cualquiera sean los terrores que nos acechan a todos, la cualidad que ha contribuido a mantener nuestra libertad intacta ya dos veces en este siglo triste una vez más será nuestra fuerza”.
Agregando un toque personal, el guión continúa: “Mi marido y yo compartimos con las familias de toda la tierra el miedo que sentimos por los hijos e hijas, maridos y hermanos que han salido de nuestra parte para servir a su país.
“Mi amado hijo Andrew está en este momento en acción con su unidad y oramos constantemente por su seguridad y por la seguridad de todos los hombres y mujeres en el país y en el extranjero.
Este es el estrecho vínculo de la vida familiar que debe ser nuestra mayor defensa contra lo desconocido”.
“Si las familias permanecen unidas y decididas, dando refugio a las personas que viven solas y sin protección, la voluntad de nuestro país para sobrevivir no puede ser quebrantada”.
Y añade: “Mientras que nos esforzamos juntos para luchar contra el nuevo mal, oremos por nuestro país y los hombres de buena voluntad, donde quiera que sea. Dios los bendiga a todos”, concluye el mensaje que, afortunadamente, Isabel II nunca ha tenido que leer.
Con información de BBC