WASHINGTON. La Agencia de Seguridad Nacional (ASN) estadunidense pagó millones de libras al Cuartel de Comunicaciones del Gobierno Británico (GCHQ), según The Guardian que publicó los nuevos materiales que le dio Edward Snowden.

 

En el documento del portafolio “Inversiones”, se muestra que la ASN también dio al GCHQ 22 millones 900 mil libras en 2009. El año siguiente aumentó la contribución a 39 millones 900 mil libras, incluidos cuatro millones más de apoyo al trabajo para las fuerzas de la OTAN en Afganistán y 17 millones 200 mil libras por el proyecto Conservación Internet, que reúne y almacena vastas cantidades de información “neta” lista para análisis.

 

La ASN también pagó 15 millones 500 mil libras para la remodelación de la sede hermana del GCHQ en Buda, al norte de Cornwall.

 

Además, Washington erogó por tres años 100 mil libras para su aliado. El gobierno británico no ha respondido aunque el diario cita que funcionarios afirmaron que no hicieron “el trabajo sucio” de Washington.

 

De acuerdo con los documentos en poder del diario, la inversión económica de Estados Unidos en la inteligencia británica buscó acceder a los programas de acopio de información de inteligencia del Reino Unido. Además, esa dependencia económica se tradujo en el interés de Washington por influir en el trabajo de inteligencia de su aliado.

 

Los pagos de 15.5 millones de libras fueron secretos y están consignados en documentos que, según el rotativo, confirman que los estadunidenses esperaban algo a cambio de su inversión. Además, el financiamiento de la ASN a su contraparte británica, el GHCQ, constata la cercana relación entre ambos, aunque ha despertado dudas sobre la forma en que Washington logró que los británicos fueran dependientes de los recursos económicos que les aportó.

 

Estos materiales, los últimos que emergen de las revelaciones de Edward Snowden, confirman lo que anteriormente había señalado el ex analista, al advertir de la relación entre la ASN y el GCHQ, que desarrollaron técnicas que permiten la cosecha masiva y análisis del tráfico en internet.

 

Además, los materiales señalan que el GCHQ comenzó a trabajar con la ASN para dotar a militares británicos y estadunidenses de la capacidad para lanzar sus propios ciberataques, en prevención de los que, presuntamente, lanzan en su contra China y Rusia.

 

Otros documentos indican que algunos miembros del GCHQ estaban preocupados por la “moralidad y ética” de su trabajo operativo.

 

El centro de escuchas del Reino Unido trabajó para cubrir los requerimientos de sus colegas estadunidenses, según consta en un documento estratégico en el que se lee: el “GCHQ debe hacer su parte y ser visto como que lo hace”, en poder del diario.

 

Finalmente, Nick Hopkins, de The Guardian describe el alcance de las últimas revelaciones de un gran conjunto de pruebas documentales que reveló el ex analista de la ASN, Edward Snowden, quien desde junio advirtió de la relación entre la agencia de seguridad estadunidense y el GCHQ, al decir que ambas organizaciones habían sido responsables en el desarrollo de técnicas que permitieron la recolección “masiva” y análisis del tráfico de internet.

 

Preguntas clave:

 

Tras conocerse el financiamiento secreto de la ASN a su contraparte británica, los analistas formulan estas preguntas:

 

¿Cuánto tiempo duró?, ¿Quién sabía?, ¿Qué obtuvo a cambio? ¿Quién supervisó?, ¿A través de qué mecanismos se llevó a cabo?, ¿Qué pidió la Agencia de Seguridad Nacional a cambio de los recursos económicos que aportó? ¿Se sintió comprometido el GCHQ para hacer lo que le pedía EU?