Me encanta el Distrito Federal. Es una ciudad que no acaba de sorprenderme con su rica oferta cultural y gastronómica pero, sobre todo, su diversidad. Recuerdo, hace tiempo, que una amiga estadunidense me decía que había decidido tomar un trabajo en esta ciudad porque no había lugar en el mundo que tuviera tantos museos. Desconocía este dato y me sorprendió cuando, después de investigar un poco, descubrí que, de acuerdo con datos de la Fundación UNAM, oficialmente existen 151 museos y extraoficialmente más de 200, lo que la sitúa en el nivel de ciudades como Londres y por arriba de Buenos Aires, Madrid y París.

 

En el Distrito Federal parecería que siempre existe la posibilidad de explorar y hallar algo nuevo. Eso fue justo lo que estuve haciendo en las últimas semanas, ya que estuve grabando la nueva temporada de mi programa de televisión Historias Sabrosas, que se transmitirá en el Canal 22 a partir del 8 de agosto, todos los jueves a las 20:00 horas. La idea detrás de esta nueva temporada fue descubrir justo esas historias sabrosas que valen la pena contarse y ¡vaya que lo hicimos!

 

Nos adentramos en los canales de Xochimilco para platicar con un agricultor de la chinampa, que cultivaba unas preciosas lechugas tal como sus abuelos le enseñaron. Ahí mismo, de la mano de Ricardo Rodríguez, un empresario que actualmente distribuye los productos de la chinampa a restaurantes y hogares, descubrimos preparaciones deliciosas y productos de primera calidad, rodeados de las bellezas de Xochimilco en las zonas menos turísticas. Aprendí cómo para los habitantes de este lugar, aunque la ciudad se ha apropiado de sus tierras y aguas, aún se conserva un espíritu conectado con los ancestros y sus enseñanzas. Aunque en el DF, viven en un mundo muy diferente lleno de verde y de tranquilidad.

 

Recorrí la colonia Doctores y el barrio de Tepito, en busca de apasionados de la lucha libre. Así conocí al Delta, un luchador comprometido, que no sólo me permitió enterarme de primera mano sobre la vida de un luchador, sino que también me enseñó algunos movimientos. Fue increíble poderme subir al ring de la Arena México y ver con mis propios ojos el nivel de entrenamiento físico que se requiere en esta profesión. También, conocí a Chabelo, el líder de la Porra de Tepito, quien no sólo es mecenas de luchadores, sino también dueño de un restaurante de carnitas en el mismo barrio, el cual lleva su nombre. Es impresionante, pero es de las taquerías más limpias que he conocido en mi vida y lo mejor, la limpieza no está peleada con el sabor; las carnitas estaban espectaculares, servidas con un plato de pápalo, rábano y aguacate, cosa que se ve menos y menos en las taquerías. Sin duda, una joya que nunca pensé encontrar en Tepito.

 

Descubrí una colonia que está renaciendo: La Roma. Después del temblor de 1985, algunos edificios del DF, como el Centro Urbano Benito Juárez, fueron demolidos y se convirtieron en una tierra de nadie que recordaba el gran hueco que habían dejado en la comunidad. Hoy, con apasionados como Paco Ayala se ha transformado en el Huerto Roma Verde, un espacio que provee a los vecinos de ideas verdes, productos orgánicos y donde se inventan implementos como las lombribancas, unas bancas ubicadas en parques que en su interior tienen lombrices que generan composta para su huerto, o las recicletas, que recolectan los deshechos orgánicos de restaurantes. También recorrí esta misma colonia con Paulina Neuman, directora del Museo del Objeto (MODO). Conocí historias de edificios cuyas fachadas son muy familiares, pero que hace tiempo no había visto. Recorrí parques en los que rara vez me tomo el tiempo de sentarme y observar el vaivén de la vida cotidiana. En el interior del museo, aprovechando una exposición temporal sobre la Condesa y Roma, también pude conocer los orígenes y momentos importantes de estas colonias.

 

En cada capítulo, cociné en locaciones inimaginables. Inspirada en la gastronomía local de nuestra capital, que engloba influencias de todo el país, y por la abundancia de ingredientes que encontramos tiene recetas llenas de sabor. ¿Quién me hubiera dicho que estaría cocinando en el Museo de Anahuacalli, el Dolores Olmedo, en Chapultepec frente al lago? Un día hasta tuve el honor de montar mi cocina en la hermosa calle de Regina para preparar unas ricas tostadas para los transeúntes. Fue un verdadero deleite.

 

En fin, durante 13 capítulos que durará la serie tuve el privilegio de conocer a gente apasionada que habita en nuestra ciudad y compartir mis recetas con ellos. Conocí rincones de la capital y en cada uno descubrí una historia sabrosa que contar. Me reencontré con mi DF y visité lugares que para mí representan el verdadero sabor de la ciudad, como el mercado de la Nueva Viga, Coyoacán, La Condesa, Polanco y claro, el Centro.

 

Por lo mismo, si eres un amante de la Ciudad de México o quieres conocer mejor esta hermosa metrópoli, te invito a que nos veas a partir del 8 de agosto, todos los jueves a las 20:00 horas por Canal 22. Estoy segura, que te divertirás.

 

Espero que tengas un maravilloso día y recuerda ¡hay que buscar el sabor de la vida!