Una huelga sorpresiva de trenes en una congestionada línea de la zona metropolitana de Buenos Aires dejó hoy en tierra a miles de pasajeros y fue duramente criticada por el Gobierno argentino, que había anunciado un día antes mayores medidas de control a los conductores.
“Hace ya más de dos meses que se venció el plazo de la conciliación obligatoria, acatamos todos los plazos que por ley se dan y no tuvimos ninguna respuesta”, aseguró a la prensa el dirigente sindical, José Luis Moyano.
La huelga ferroviaria en la estratégica línea Sarmiento se extendió desde primera hora hasta las 08.30 de la mañana, pero una hora después aún no se había normalizado el servicio, según medios locales.
En la zona metropolitana de Buenos Aires viven más de nueve millones de personas, cientos de miles de las cuales se movilizan en tren hacia sus lugares de trabajo, estudio o habitación.
“Es un paro irracional y vergonzoso. Están perjudicando a miles y miles de pasajeros”, denunció en declaraciones radiales el ministro del Interior y Transporte de Argentina, Florencio Randazzo.
“Ayer mostramos vídeos que daban escalofríos y hoy nos levantamos con un paro sorpresivo”, añadió Randazzo, en referencia a las grabaciones de las cámaras de las cabinas de tren difundidas en rueda de prensa en las que se pudo ver a un maquinista dormido con el tren en marcha y a otros usando teléfonos móviles o leyendo un libro.
El titular de la cartera de Transporte anunció el miércoles que los conductores de trenes deberán someterse a exámenes psicofísicos periódicos, revalidar anualmente su carnet de conducir y tendrán prohibido utilizar celulares y permitir el ingreso de personas no autorizadas a la cabina.
La línea Sarmiento ha sido protagonista de los últimos dos accidentes letales de tren en Argentina: el pasado 13 de junio, tres personas murieron y más de 300 resultaron heridas por el choque de dos trenes en la zona metropolitana, mientras que en febrero de 2012, 51 personas murieron y más de 600 resultaron heridas en la estación porteña de Once.