El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) informó que hoy murió el lingüista, filólogo, académico e investigador de la lengua José Guadalupe Moreno de Alba, a los 72 años, víctima del cáncer.
A través de un comunicado, señaló que el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, lamentó la pérdida del integrante de la Academia Mexicana de la Lengua y expresó sus condolencias a sus familiares y amigos.
Afirmó que la labor de Moreno de Alba contribuyó al enriquecimiento y preservación del mayor patrimonio cultural que puedan tener las personas de habla hispana en el mundo: el idioma.
Los restos de Guadalupe Moreno de Alba son velados en la agencia Gayosso de Félix Cuevas, donde familiares y amigos le dan el último adiós.
Durante más de 20 años, el experto (Encarnación de Díaz, Jalisco, 12 de diciembre de 1940-2 de agosto, 2013) escribió una serie de artículos sobre el idioma español en los que se describe de manera amena y erudita las características actuales del castellano que se practica en México, recordó.
Abundó que sus textos aparecieron con el nombre de “Minucias del lenguaje” en diversas publicaciones periódicas, las cuales, al cabo de varios años, fueron publicadas por el Fondo de Cultura Económica, editorial que los reunió y sistematizó en varios tomos. El último de ellos publicado en 2003 con el título de “Suma de minucias del lenguaje”.
En todos ellos, recordó el Conaculta, el autor crea un compendio de reflexiones breves y puntuales acerca de algunos temas controversiales de la lengua española en general y de su uso particular en nuestro país.
Entre ellos las variantes lingüísticas, voces que alternan con otras anteriores o que las desplazan, giros disparatados o anómalos, neologismos aceptables o barbarismos innecesarios.
El autor aborda el fenómeno lingüístico de que se trata en cada caso particular, explica en términos históricos y etimológicos y, cuando toca el caso, recomienda un determinado uso, o bien señala cuál es el más apropiado, anotó al comentar que cada artículo atañe directamente al lector como usuario de la lengua, lo hace notar que es dueño y responsable de ella.
Además, en años recientes, aprovechando el desarrollo tecnológico, la Academia Mexicana de la Lengua y el Fondo de Cultura Económica presentaron y difundieron la versión electrónica de las “Minucias del lenguaje”, con el propósito de acceder a más gente.
Refirió que José G. Moreno de Alba realizó sus primeros estudios en Aguascalientes, Aguascalientes, y posteriormente se trasladó a la ciudad de México, donde ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la máxima casa de estudios del país obtuvo la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas, en 1968, y posteriormente realizó la maestría en lingüística Hispánica en 1970 y el doctorado en 1975.
Antes, cursó estudios de posgrado en fonología y fonética en 1967, semántica y dialectología en 1968, contacto de lenguas en 1969, dialecto andaluz en 1970, tagmémica en 1971, transformaciones en 1972 y lingüística contemporánea en 1975 en el Centro de Lingüística Hispánica de la UNAM.
Durante 1970, en El Colegio de México estudió entonación hispánica y dialectología general.
Expuso que Moreno de Alba desarrolló varios proyectos en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, y participó como profesor invitado en 18 universidades en el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Países Bajos.
De 1969 a 1973 fue profesor de Filología Hispánica y de Español Superior en la Universidad Iberoamericana y de 1986 a 1989 fue profesor visitante en El Colegio de México.
El 10 de marzo de 1978, el investigador ingresó como miembro de número a la Academia Mexicana de la Lengua, ocupando la silla XV, organismo en el que llegó a ser bibliotecario y, desde 2003, director. Desde 1983 fue miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas.
Dentro de la UNAM, dirigió el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras, la Facultad de Filosofía y Letras y el Centro de Enseñanza Para Extranjeros. De 1991 a 1999 fue director de la Biblioteca Nacional de México.
En 1996 fue nombrado secretario de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL); fue investigador nacional emérito del Sistema Nacional de Investigadores y miembro correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Entre los premios que recibió se hallan el que entrega la Cátedra Gilberto Owen, otorgada por el Colegio de Sinaloa en 1988; la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, otorgada por España en 1999, y el Premio Universidad Nacional en investigación en humanidades otorgado por la UNAM en 2003.
Asimismo, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura otorgado por el gobierno de México en 2008.
De sus obras destacan “El español en América” (1988) y “Suma de minucias del lenguaje” (2003), además de sus publicaciones en dialectología del español americano y su colaboración en el proyecto del “Atlas lingüístico de México” (1990), coordinado por Juan M. Lope Blanch.