Muchos de los alimentos que agregamos a nuestra dieta diaria porque creemos nutritivos, puede que no lo sean, pues pasan por proceso industriales violentos que les quitan el valor nutricional que la gente y a veces la publicidad les adjudica.

 

Su consumo puede fomentar la obesidad, pero también enfermedades cardiacas, diabetes y hasta cáncer.

 

El problema con estos alimentos es su proceso, y no tanto su origen. Por ejemplo el maíz genéticamente procesado o el que viene enlatado. Con el proceso industrial al que es sometido para que se conserve más tiempo y tenga mejor ‘figura’, se le quita de todos los nutrientes naturales y se convierte en una bomba de tiempo.

 

1.- Comida procesada

 

Este tipo de alimento contiene altos niveles de sodio, por lo cual se ha involucrado en cerca de más de dos millones de muertes por ataques al corazón, infartos y otros problemas cardiacos en todo el mundo.

 

Los alimentos procesados son la comida rápida, para micro ondas, enlatada, empacada y la conocida como chatarra pueden causar esclerosis múltiple, alopecia y asma.

 

Se recomienda evitar alimentos con conservadores como sal, azúcar, lecitina de soya, gelatina, benzoato de sodio, sorbato de potasio, polisorbato 80, goma de xanta, aspartame, nitratos de sodio o similares.

 

2.- Carne procesada

 

La carne es otro alimento peligroso para el humano. Puede ser tratada con monóxido de carbono como conservador, el cual es un gas venenoso además de que los antibióticos que se le inyectan al animal por medio de vacunas para prevenirle enfermedades, resultan dañinos para el hombre.

 

Comer carne procesada puede aumentar en un 40% el riesgo de desarrollar diabetes tipo dos. Y prácticamente cualquier carne de res o pollo que venden en los supermercados ha sido procesada con administración de hormonas, vacunas y alimentación en cultivos afectados por pesticidas, lo cual resulta un camino seguro a alguna enfermedad.

 

3.- Harinas refinadas

 

Las harinas derivadas de cereales de grano pasan por un proceso de refinada para la elaboración de pan pero durante el molido las semillas son puestas a altas temperaturas que remueven hasta el 90% del contenido nutricional de la fibra, dejando sólo la cáscara.

 

Además la mayoría de las harinas están hechas con cereales que provienen de cultivos genéticamente modificados, los cuales dañan en gran medida la salud.

 

Por ello la organización pro ambiental Greenpeace protesta contra el maíz transgénico de la empresa Monsanto, que pretenden obtener mayores campos de cultivo para sembras cereales genéticamente modificados.

 

Dejar de consumir harinas refinadas, sea en forma de pan, galletas o pasta, ayuda a la reducción de diversos dolores en el tracto digestivo así como menor inflamación en menos de 30 días.

 

4.- Lácteos

 

Lo más recomendable para la primera etapa de la vida es consumir exclusivamente leche materna y no sucedáneos ni leche pasteurizada, pues este proceso destruye enzimas, vitaminas como la C, B12 y B16, mata bacterias benéficas.

 

Además la leche pasteurizada tiende a producir cólicos, problemas de crecimiento, enfermedades cardiacas e incluso cáncer.

 

La leche bronca (sin pasteurizar) producida en granjas orgánicas es más saludable debido a la alimentación y condiciones de vida de las vacas.

 

Por ello también se recomienda eliminar o reducir el consumo en la dieta de los productos derivados de la leche, como son yogurts, helado y queso.

 

5.- Maíz

 

Es el segundo cereal con mayor modificación genética y la hibridación de las cepas modificadas afecta los cultivos naturales, que desarrolla una cadena entrópica peligrosa.

 

Los productos de maíz también son peligrosos para la salud, no solamente en forma de masa sino en jarabe de maíz, el cual se realiza primordialmente de maíz modificado genéticamente, y trae consigo el riesgo de provocar resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión arterial y aumento de peso.

 

6.- Soya

 

Existe la percepción generalizada de la soya como un alimento sano, consumido principalmente por los vegetarianos. Pero el 95% de este alimento, ya sea en bebidas o sustitutos de carne, ha sido genéticamente modificado, además de contener altos índices de pesticidas.

 

El consumo de soya genéticamente modificada puede contribuir a bloquear la absorción de minerales como el calcio, magnesio, cobre, hierro y zinc.

 

Es de recordar que las empresas productoras de soya gastan millones de dólares en producir una imagen atractiva que incite al consumo de estos productos; el fin es económico, no de salud.

 

7.- Trigo

 

Este alimento también puede resultar perjudicial para la salud, procesado, puede causar enfermedades cardiacas, cataratas, diabetes, artritis y acumulación de grasa.

 

Esto debido a que el agrocultivo moderno ha deteriorado la calidad del grano a tal grado que, por los pesticidas que contiene, resulta más perjudicial que benéfico consumirlo.

 

En fin, no se trata de comer nada porque ‘todo hace daño’, sino más bien se debe cuidar el origen de lo que consumimos. Al estar en el mostrador, las carnes y las verduras han pasado por un largo proceso, el cual muchas veces quita las propiedades nutritivas del alimento. (Coninformación de Ecoosfera)