El incremento de las temperaturas debido al cambio climático provoca el desplazamiento de diversas especies animales hacia otras regiones, incluso zonas urbanas, con riesgos asociados como como la transmisión de enfermedades.
“Una de las mayores consecuencias del calentamiento global es la expansión de enfermedades que se transmiten a través de especies. El dengue es un claro ejemplo, ya que es un virus transmitido por medio de un mosquito que es nativo de zonas tropicales, que son de temperaturas altas, pero con el cambio climático esta especie puede encontrar condiciones para su distribución en otros lugares, lo que puede significar que se reporten más casos en las urbes”, dijo a 24 HORAS la bióloga Edith Calixto, especialista en cambio climático de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
De acuerdo con la OMS, el dengue se presenta en todas las regiones tropicales y subtropicales del planeta, sin embargo, en años recientes, la transmisión ha aumentado de manera predominante en zonas urbanas y semiurbanas y se ha convertido en un importante problema de salud pública.
De igual modo, en los últimos años diversas entidades del país han documentado un aumento en las mordeduras de la llamada araña violinista en poblaciones urbanas, cuando se trata de una especie de zonas tropicales.
En Monterrey se han registrado constantes avistamientos de osos negros. La especie habita principalmente en los cerros de la zona metropolitana de la capital de Nuevo León, sin embargo, la sequía que afecta al estado ha provocado que la disponibilidad de alimentos disminuya, por lo que es frecuente que se acerquen a las orillas de la ciudad en busca de comida.
Una investigación publicada en la revista Science hace dos años advierte que diversas especies animales se han alejado de la línea ecuatorial en un promedio de más de 1.5 kilómetros al año.
“Las especies animales buscan las condiciones de clima en las que se sientan más cómodas, pero no sabemos de qué manera estas migraciones de fauna pueden afectar al funcionamiento de un ecosistema, lo que puede traer consecuencias ambientales y para el ser humano”, señaló la investigadora de la Conabio.
En el caso de las aves, los cambios migratorios se producen ahora a una velocidad sorprendente, ya que estos ocurrían a lo largo de siglos y actualmente se dan en décadas, señaló Ian Newton, profesor de la Universidad de Oxford, durante el segundo Congreso Internacional de Migración de Aves y Cambio Climático, realizado en España.
Para la bióloga Edith Calixto, este fenómeno puede influir en la expansión de diversos tipos del virus de influenza aviar: “Las especies al moverse de un lugar a otro pueden llevar consigo parásitos o vectores de enfermedades que antes no se conocían en la región a la que llegan”.
“Hay reportes muy claros que están demostrando el movimiento de distintas especies, lo que produce que haya un desacoplamiento de las interacciones entre ellas”, agregó la bióloga.
En el reporte México ante el cambio climático, la organización ambientalista Greenpeace señala que al menos 40% de la superficie del país va a sufrir cambios climáticos que implicarán alteraciones en los tipos de vegetación dominantes.
Este fenómeno derivará en que 90% de las especies endémicas del país sufran la reducción en sus áreas de distribución de hasta 90%, lo que provocará un reacomodo significativo de las regiones favorables para distintas especies, lo que puede llevar a la creación de comunidades biológicas nunca antes vistas por el hombre, señala el reporte.
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