Ante el encarecimiento de los alimentos desde mediados de los años 90, las familias han ajustado su gasto hacia productos de menor precio, pero también de bajo valor nutrimental.
Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria (COA), cuestionó las mediciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) sobre pobreza alimentaria al considerar una canasta básica alimentaria con base en patrones de consumo, pero sin evaluar su valor nutrimental.
“Es una medición subjetiva, no de alimentos de calidad. La canasta básica ahora incluye alimentos industrializados que contribuyen al problema de obesidad y sobrepeso en la población”, aseguró la especialista.
El estudio Línea de Bienestar y Canasta Básica 2012 de Coneval reveló que en las zonas rurales cada persona gasta unos 63 pesos al mes en sopa de pasta, galletas, pan dulce y refrescos, lo que equivale a 7.6% de su presupuesto. Estca cantidad se acerca a los 64 pesos que destina al consumo de legumbres.
Mientras tanto, en las ciudades el consumo de sopas de pasta, pan dulce, cereal, jugos, néctares y refrescos cuesta cada mes 134 pesos por cada miembro de la familia, lo que se traduce en 11% de su gasto en alimentos. El monto supera por mucho los 123 pesos que le cuesta consumir huevo, leche y queso.
Ponce reiteró que hace tres años encontraron que las familias de la región de La Montaña de Guerrero gastan 40 pesos en un paquete de galletes, un refresco, un kilo de azúcar y ocho huevos.
De acuerdo con el estudio de Coneval, estos alimentos son más económicos que la leche, frutas, verduras, el huevo, la carne de res o el pollo; una familia necesitaría 250 pesos mensuales por cada miembro para cubrir sus necesidades alimentarias.
En México, 27.4 millones de personas no tienen ingresos económicos suficientes para comprar la canasta alimentaria considerada por el gobierno federal, y en los últimos dos años la cifra aumentó 3.1 millones de personas, según el informe Medición de la Pobreza 2012 del consejo.
Ponce resaltó que los bajos ingresos y la falta de empleo llevó a la población a modificar sus hábitos alimenticios, por lo que ahora se observan problemas de obesidad y sobrepeso en niños de comunidades rurales, situación que no ocurría hasta hace unos años.
El problema es que, aunado a los precios tan bajos de los alimentos industrializados, hay una disponibilidad muy alta de estos productos en las tiendas del pueblo. “Es más fácil conseguir una coca cola o galletas, que un kilo de carne y café de grano producido en la región”, dijo refiriéndose al estudio realizado en Guerrero, donde las comunidades ya no producen hortalizas, granos de café y frutas.
TLC trasformó el campo y la alimentación
La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994 provocó el abandono del campo y la modificación de los hábitos alimenticios de la población, aseguraron especialistas.
Arturo Osornio, subsecretario de Desarrollo Rural, afirmó que el campo mexicano fue exitoso “hasta que la globalización nos impuso el TLC y quisimos competir con Estados Unidos y Canadá”. Esto, prosiguió, paralizó por completo al campo y detuvo la producción a gran escala de los campesinos, hasta que fue más fácil importar alimentos agrícolas que producirlos en suelo mexicano.
A su vez, el tratado permitió la entrada de productos industrializados en grandes cantidades y con mayor disponibilidad, transformando los hábitos alimenticios de la población, señaló Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria.
Ambos coincidieron en la urgencia de reactivar el campo mexicano para sacar de la pobreza a 75% de los campesinos, reactivar la economía local y poner a disposición de las amas de casa alimentos con un mayor contenido nutrimental, que tendría un precio más bajo porque se produciría en la misma comunidad.
Costo de la canasta básica de alimentos
En las zonas rurales: 832 pesos per cápita
Carne, pollo, pescado 210.37
Tortillas, arroz, maíz, frijol 139.83
Huevo, leche, queso 89.08
Frutas 36.03
Legumbres 64.92
Pan dulce, galletas, refrescos, pastas 63.46
Alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar 136.31
En las ciudades: 1 mil 173
Carne, pollo, pescado 264.34
Tortillas, arroz, maíz, frijol 73.85
Huevo, leche, queso 123.21
Frutas 43.55
Legumbres 73.24
Pan dulce, galletas, refrescos, pastas 140.80
Alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar 328.70