Michoacán está “tocando fondo” y es el momento de decir que las cosas no pueden seguir así y se requiere de una revisión a fondo, profunda, no sólo de barnizar, aseguró el arzobispo en Morelia, Alberto Suárez Inda.

 

En sus casi 28 años como obispo,  Suárez Inda consideró que la entidad pasa por el momento más grave que le haya tocado atestiguar, por lo que aplaudió la entrada del Ejército y la autoridad federal en el estado. Es una nueva oportunidad que se debe aprovechar, dijo.

 

“Era el momento que la presidencia de la República, el gobierno federal, pusiera sus ojos en Michoacán para apoyarnos, pero también el tiempo de ir consolidando el gobierno estatal para caminar de una manera justa como estado libre y soberano”.

 

“Se trata de ayudar para que en un momento dado el Estado cuente con una policía y con un sistema de seguridad propios”, expuso.

 

La idea es que realmente gobernantes y gobernados reconstruyamos la sociedad desde sus cimientos, precisó.

 

“El mal no tiene la última palabra, tenemos que vivir siempre de una esperanza fundada, en primer lugar de que el hombre a pesar de todo lo que pueda parecer de maldad, no es totalmente corrupto”, subrayó.

 

Suárez Inda, quien cumplirá 75 años en enero de 2014, edad en la que de acuerdo con las reglas de la Iglesia Católica un obispo deberá presentar su renuncia al Papa y convertirse en emérito cuando así lo acepte el Sumo Pontífice, denunció que en muchos pueblos de Michoacán la situación es “tan grave” que se desea una intervención eficaz del gobierno federal.

 

“No basta el Ejército, es necesario que se reconstruya el régimen de autoridad estatal y municipal, quizá como una emergencia. Es bueno que las Fuerzas Armadas coadyuven pero vemos como una necesidad imperiosa, sobre todo, la coordinación entre fuerzas federales, policiacas, militares y las fuerzas de la policía estatal y municipal”.  (Notimex)