LONDRES. El obispo de la región escocesa de Aberdeen, Hugh Gilbert, se disculpó públicamente en nombre de la iglesia por los abusos físicos y sexuales a alumnos de la escuela escocesa Fort Augustus Abbey y de la preparatoria East Lothian, luego de que la cadena británica estatal BBC realizara una investigación con alumnos en la que salieron a la luz pública los testimonios de víctimas de violencia sexual, por parte de monjes de la congregación en un periodo de 30 años.
“Es algo amargo, vergonzoso y alarmante que en esta escuela un número de hombres, bautizados y consagrados cristianos, hayan sufrido abusos físicos o sexuales perpetrados por aquellos que debían cuidarles”, declaró Gilbert.
La disculpa del obispo es la primera de un dirigente católico de ese rango desde que la cadena británica denunció los abusos sufridos por estudiantes de las escuelas en los que estuvieron involucrados miembros de la orden benedictina.
De acuerdo con la investigación de seis meses de la emisora, que entrevistó a más de 50 alumnos, en los abusos estuvieron implicados siete monjes, mientras que dos directores de las escuelas son investigados por la misma razón. Entre las víctimas documentadas figuran cinco hombres que sufrieron abusos sexuales por el sacerdote australiano Aidan Duggan, quien impartió clases entre 1963 y 1974.
Desde la difusión de su reportaje de la BBC, otros ex alumnos se pusieron en contacto con la emisora británica y admitieron también haber sido víctimas de abusos. Por su parte, la Policía de Escocia confirmó que está investigando estos casos.
Por su parte, la orden benedictina que dirigía el centro de estudios ya pidió perdón por “algo que nunca debió suceder”.
Aunque la dirección de la iglesia católica en este país destaca el carácter independiente de los benedictinos, la cadena británica señala que los casos se registraron en territorio controlado por esa tendencia religiosa, minoritaria en el Reino Unido.
La investigación
El reportaje “El pecado de nuestros padres” de la televisora estatal británica BBC, es fruto de seis meses de investigación. En ese periodo se localizó a ex alumnos de los colegios católicos y se recogieron pruebas contra siete que permanecieron en Fort Augusts, ya cerrado, y que permitieron formular acusaciones contra dos directores por encubrir esos crímenes.