Cada mes se suman nuevos actores para subir el tema de la legalización de las drogas y en especial de la marihuana en México. Los argumentos a favor de la legalización suponen que un mercado regulado eliminaría las rentas extraordinarias de los productores de marihuana y esto reduciría la ilegalidad. El símil con el alcohol en la época de la prohibición es usado como ejemplo para ilustrar este argumento.

 

Hoy en día las drogas se consumen en todo el mundo, el tráfico de drogas se realiza en más de 25 países y la producción en menos de 10. El consumo de drogas a nivel mundial sigue en aumento y crece a un ritmo mayor que la población mundial. Hoy en día la sociedad tiene una mayor aceptación a las drogas, existen más variedades de éstas y los movimientos para tratar de legalizarlas van en aumento en diferentes países. Tenemos el caso de Estados Unidos, en donde hay estados que permiten su uso para tratamientos médicos como, California, Washington y Colorado; en este último el uso recreativo esta normado.

 

El crecimiento de las drogas en potencia y variedad es exponencial, cada tres meses hay variaciones de marihuana que mantienen su potencia con el tiempo y a su vez tienen un DTH más alto. Con la cocaína, debido a la incorporación de tecnología, han logrado una mayor eficiencia en su cadena de producción y han reducido su olor para dificultar su detección y, a su vez, para utilizar menos empaques. Las metanfetaminas ahora se pueden hacer con base de cáscaras de cítricos. Es decir, la oferta de drogas es cada vez más sofisticada, y ahora cuenta con un lobby político a nivel internacional para desregular su consumo.

 

Por el lado de los consumidores todos sabemos que las drogas tienen un impacto adverso en los usuarios y uno mucho mayor sobre los menores de edad, ya que el efecto que éstas tienen sobre los cerebros que están en etapa de desarrollo son más nocivos.

 

También sabemos que la cantidad de recursos que se dedican a estudiar patrones de consumo e investigación son escasos comparados con el efecto social que tienen las drogas.

 

En el caso de México a pesar de contar con expertos mundiales en el tema de adicciones, el fondeo a la investigación es menor. Es más, existe un consenso en la Secretaría de Salud y la Conadic (Comisión Nacional contra las Adicciones) para no calendarizar ni formalizar la encuesta nacional de adicciones, por lo menos una vez al año, práctica común en países de la OECD.

 

Esta encuesta la realiza una unidad de la Secretaría que si bien sabe de epidemiología, no tiene la experiencia ni la infraestructura para hacer el trabajo de campo. Al día de hoy, la información y bases de datos de una encuesta que se levantó en el 2010 no son públicos.

 

La decisión del presidente Peña Nieto de apoyar la prevención fue acertada. La Subsecretaría de Prevención del Delito , a pesar de no contar con una estructura formal, está empezando a ejercer los presupuestos correspondientes, para atacar zonas donde es importante recuperar el Estado de Derecho. Esta estrategia de “acupuntura social” es la adecuada, pero también es importante que los temas de Estado de Derecho, drogas, violencia familiar y prevención en su conjunto sean tratados. En México cada vez crece más la coalición para legalizar la marihuana, aunque no se reducirá la demanda, no eliminará la violencia y no pasará a ser un mercado regulado. Los campeones de la legalización desconocen la estructura de mercado de un narcomenudista.

 

Lo acertado sería que la sociedad creara una coalición para prevenir el delito y el consumo de drogas en menores de edad. Creo que los campeones de la legalización coinciden en que un menor de edad no debe consumir drogas. Esto sólo se puede lograr si invertimos en prevención e información. Este es un ejemplo de los futuros comerciales que los campeones de la droga podrán ver si es que se legalizan las drogas.