La Secretaría de Educación Pública (SEP) plantea para el próximo ciclo escolar un ajuste en el modelo de evaluación de la educación básica cuya finalidad es facilitar el ingreso, permanencia y tránsito de los alumnos.

 

En particular, los nuevos criterios de evaluación establecen una serie de estrategias de intervención ante los elevados índices de rezago y deserción en la secundaria.

 

Datos oficial muestran que en 40 años el número de mexicanos mayores de 15 años que no concluyó la educación secundaria creció casi 3.5 veces, al pasar de 4.8 millones en 1970 a 16.4 millones en 2010.

 

Esta tendencia está asociada con el elevado nivel de deserción en este nivel educativo. Ejemplo de esto fueron los 600 mil jóvenes que abandonaron la secundaria en el ciclo escolar 2008-2009, y el mismo número en 2009-2010.

 

El informe Panorama Educativo de México 2012 del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) indica que cada ciclo 5.6% de los jóvenes abandona la secundaria.

 

El problema se ha convertido en un foco rojo para las autoridades educativas, que atribuyen esta tendencia a que el modelo no responde a los jóvenes de los jóvenes. La secundaria “ha dejado de ser atractiva”, dijo hace unas semanas la subsecretaria de Educación Básica de la SEP, Alba Martínez Olivé.

 

En este contexto, el titular de la SEP, Emilio Chuayffet, envió a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) el Acuerdo que establece las normas generales para la evaluación, acreditación, promoción y certificación en la educación básica, mismo que deroga los lineamientos emitidos en agosto de 2012 y modificados apenas en abril pasado.

 

Entre las nuevas opciones para reducir el abandono escolar, la dependencia establece la posibilidad de aplicar “exámenes de recuperación a los alumnos en este nivel educativo que se encuentren en riesgo de no acreditar al final del ciclo escolar una asignatura o grado escolar; además plantea la creación de un esquema de tutores académicos.

 

Entre otras estrategias, el Acuerdo en revisión propone involucrar también a los padres de familia en la firma de compromisos para que los estudiantes realicen tareas o actividades académicas extraordinarias que garanticen que adquieran los aprendizajes esperados.

 

ADIÓS A LA CARTILLA

 

Una de las modificaciones que introduce el Acuerdo es la sustitución, tanto en la secundaria como en el resto de los niveles, de la Cartilla de Educación Básica por un Reporte de Evaluación. Este documento será el que a partir del próximo ciclo escolar avale oficialmente la acreditación parcial o total de cada grado y nivel de la educación básica.

 

En el caso del nivel preescolar, será en este documento en el que se asiente la leyenda “Concluyó la educación preescolar”.

 

En el caso de la primaria, una de las innovaciones es que en el Reporte de Evaluación, los alumnos que cursen la asignatura lengua indígena como lengua materna cursarán el español como segunda lengua.

 

En este nivel regresa la escala de calificaciones de cinco a 10, a diferencia del Acuerdo anterior que establecía que los docentes asignaran al alumno un nivel de desempeño (destacado, satisfactorio, suficiente, e insuficiente) y una referencia numérica (10, 8 o 9, 6 o 7, y 5).

 

Precisa además que el docente deberá realizar un informe de cada uno de sus alumnos que requieran apoyo fuera del horario escolar en escritura, lectura o matemáticas para que juntos, la escuela y la familia, acuerden acciones que permitan al alumno avanzar al nivel de sus compañeros de grupo.

 

En general, el acuerdo, que espera ser dictaminado por la Cofemer, plantea un modelo de evaluación para la educación básica que considera lo cualitativo y lo cuantitativo.

 

“Este modelo –precisa- concibe a la evaluación como parte del proceso de estudio y se apoya fuertemente en la observación y el registro de información por parte del docente”.

 

Lo anterior implica que se tomarán en cuenta los procesos de aprendizajes y no sólo los resultados. En este punto, las normas vigentes desde agosto de 2012 establecían una evaluación a partir de los aprendizajes esperados y las competencias establecidas en el currículo nacional.

 

En el nuevo modelo se propone que la información sobre el desempeño de los alumnos se obtenga de distintas fuentes y no sólo de los exámenes.

 

A fin de ofrecer una educación con pertinencia social, lingüística y cultural reconoce además a la población escolar indígena a la migrante.

 

Una vez que la Cofemer emita un dictamen favorable sobre la propuesta regulatoria de la SEP, el Acuerdo será publicado en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor al día siguiente.