Son 10 hombres y 3 mujeres de la tercera edad, la mayoría jubilados de los ingenios azucareros de Tabasco, a quienes engañaron con un viaje supuestos funcionarios de Veracruz. Desde el martes están presos, algunos de ellos, en penales de máxima seguridad, porque supuestamente falsificaron una credencial del IFE.
El engaño ocurrió a principios de 2010, cuando un grupo de personas que se identificaron como funcionarios del gobierno veracruzano llegaron a la zona de la Chontalpa, en Tabasco, para ofrecer a personas de la tercera edad una excursión. Contactaron a los líderes de las comunidades y les ayudaron a organizar la expedición con los ancianos.
Llegaron entre 9 y 15 camiones, a lo largo de tres días seguidos, en total sumarían unas 300 personas de 65 y 85 años, originarias de Cárdenas, Tabasco, que viajaron con la promesa de conocer el estado vecino.
Recorrieron 128 kilómetros, poco más de una hora. Llegaron hasta Cosoleacaque, Veracruz, donde hay blanearios muy conocidos, pero ni siquiera visitaron la plazuela central. Fueron llevados directamente a unas oficinas públicas que no identificaron y en las que les pidieron su credencial para votar, les tomaron fotos y firmaron documentos.
Después de varias horas, al terminar un trámite que muchos no identificaron ni les explicaron, los subieron a los autobuses y los llevaron de regreso a Tabasco. Como regalo les dieron unas despensas y les entregaron entre 150 y 200 pesos a cada uno.
En ese momento no eran concientes, pero acababan de cometer un delito electoral. Quedaron registrados con su nombre y fotografía en el padrón electoral de Veracruz, al que no pertenecían, incluso se emitió una credencial del IFE, la segunda para ellos.
De acuerdo a los testimonios recabados a los familiares de los ancianos, no todos vieron esa segunda credencial de elector, sólo algunos se quedaron con ellas. Pero a ninguno les dijeron que debían votar en las elecciones que se celebrarían en unos meses más, el 4 de julio de 2010.
Algunos de los que se dieron cuenta de lo que ocurría en esa oficina y tenían algo de dinero, salieron del lugar y, sin decir nada, se regresaron a Tabasco por sus propios medios. Otros más no se retiraron por miedo o por falta de recursos. En ningún caso, los testimonios precisan cuántos lograron huir y cuántos permanecieron.
EL PRI los quiso usar
Habían pasado tres años ya y los pobladores se habían olvidado de lo ocurrido. Pero el lunes pasado un grupo de la Fiscalía Especializada Para la Atención en Delitos Electorales (FEPADE) llegó a Cárdenas con órdenes de aprehensión contra 13 personas de las que realizaron esos viajes, pero a ellos sólo les dijeron que debían presentarse a declarar.
“Fueron dos veces engañados, primero con el viaje y luego con que iban sólo a declarar, pero los detuvieron y pidieron una fianza para liberarlos”, dijo Jorge Rivera, hijo de uno de los detenidos.
Los agentes federales subieron a 11 hombres y tres mujeres a unas camionetas tipo Van y fueron llevadas las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) en Cárdenas, Tabasco. Después de tomar sus datos, en las mismas las camionetas los trasladaron a Veracruz, en donde se había iniciado la averiguación previa en su contra.
Apenas entonces descubrieron que representantes del PAN y del PRD descubrieron que los priístas habían iniciado una estrategia para preparar un fraude electoral: llevaban a habitantes de Tabasco a Veracruz para empadronarlos como residentes y, el día de las elecciones, los obligarían a votar por el PRI. Presentaron la denuncia penal y esto evitó que los ancianos fueran forzados a votar.
La PGR integró el expediente no contra los priístas, sino contra los ancianos, a quienes acusó de “alteración del padrón electoral”.
A los hombres los ingresaron al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) número 5 de Villaldama, Veracruz, el cual tiene celdas de mediana y máxima seguridad, además de una sobrepoblación del 25%. A las tres mujeres las llevaron al CEFERESO número 4 Noroeste, de máxima seguridad, ubicado en Nayarit.
Otros ancianos, que también fueron llevados con engaños en 2010, al darse cuenta que sus vecinos fueron detenidos, sus famiiares los obligaron a salir de sus casas y se escondieron con amigos y conocidos en el estado o fuera de él.
Ayer, varios de los familiares acudieron a pagar las fianzas que les fijaron a los ancianos las cuales iban de entre 5 y 8 mil pesos por detenido. Rivera debió pagar por la libertad de su papá, 8 mil pesos.
“Los de la familia juntamos el dinero, pero supimos de otros que tenían hasta tres familiares presos. Imagínese”, expresó.
Rivera pagó la fianza a las 7:45 de la noche del miércoles y tuvo que esperar 24 horas para encontrarse con su papá. Antes de eso, no pudieron verlo ni hablar con él. En igual situación estuvieron otros familiares.
Por las condiciones en que fueron llevados y por la incomunicación en que permanecieron, los familiares de las 13 personas de la tercera edad detenidas pusieron una denuncia ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Para las 6 de la tarde del jueves, al menos cinco de los ancianos ya habían sido liberados tras el pago de sus respectivas fianzas.
De acuerdo con datos de la FEPADE, se calcula que unas 7 mil personas de la tercera edad habrían incurrido en un delito similar. Pero De los líderes que organizaron los viajes, no se sabe nada.
ALGUNOS DE LOS DETENIDOS:
Ana Deyi González
Elvira Mejía Guadarrama
María Guadarrama Martínez
Víctor Arias Vicente
Miguel Ángel Muñoz Hernández
Gerardo Jiménez cacho
Jorge Rivera Torres
Basilio Gutiérrez Cruz
Rubén González Ramos
Carmen Ramos Torres
Salvador Pérez García