El tiempo fue lento, al menos para lo que nos tiene acostumbrados. El esfuerzo ameritaría ser calificado como un paseo. Para Usain Bolt, dio igual, al clasificarse fácilmente a las semifinales de los 100 metros en el Mundial de atletismo.

 

“Estoy en gran forma”, afirmó Bolt.

 

Con un tiempo de 10.07 segundos, el superlativo velocista jamaiquino emprendió el sábado su empeño por recuperar el título que cedió hace dos años en Daegu, cuando fue descalificado en la final por una salida en falso.

 

La carrera comenzó con el sonido de la pistola, añadiéndole tensión a una eliminatoria en la primera jornada del campeonato. Pero el responsable de la salida precipitada no fue Bolt, sino Kemar Hyman, un corredor de las Islas Caimán que estaba a su costado derecho.

 

¿Algún trauma? Nada que ver, dijo Bolt: “Estos son cuartos de final, así que no estaba muy preocupado, nada más esperando por el sonido de la pistola”.

 

Bolt se encargó de inyectarle adrenalina a la cita moscovita, cuya primera jornada se disputó en un estadio Luzhniki sumido en el tedio y enormes vacíos en las tribunas.

 

El dueño de los récords mundiales de los 100 y 200 es el favorito abrumador para otro un triplete en la velocidad, incluyendo el relevo 4×100, como hizo el año pasado en los Juegos Olímpicos de Londres.

 

“Estoy feliz de encontrarme en esta situación, poder hacerlo una vez más”, dijo Bolt. “No intenté correr muy rápido. Busqué afinar la técnica, mañana voy a pisar el acelerador”.

 

Su favoritismo se acentuó en las últimas semanas tras las bajas de dos de sus principales rivales. El campeón vigente y compatriota Yohan Blake no pudo acudir a Rusia debido a una lesión, mientras que el estadounidense Tyson Gay fue marginado tras dar positivo por dopaje.

 

El crono de Bolt el sábado fue el séptimo más rápido de las eliminatorias, en el que gobernaron los estadounidenses Mike Rogers (9.98) y Justin Gatlin (9.99), los únicos que bajaron de los 10 segundos. Las semifinales y final se disputarán el domingo.

 

Los dos primeros títulos repartidos quedaron en las manos de Mo Farah en los 10.000 metros masculinos y Edna Kiplagat en el maratón femenino.

 

Tras aguantar la embestida del etíope y campeón defensor Ibrahim Jeilan en los últimos 150 metros, el británico Farah añadió el oro mundial en la distancia. Y pudo hacer la celebración que es su sello de presentación, poniéndose las manos sobre la cabeza en forma de corazón.

 

Nadie se atreve a cuestionar que Farah es hoy por hoy la referencia en las carreras de fondo.

 

“Gané la medalla que me faltaba”, dijo Farah, quien logró el doblete en los Juegos de Londres y el viernes próximo intentará completar el doblete si logra ganar en los 5.000.

 

La keniana Kiplagat, por su parte, hizo historia al convertirse en la primera mujer que revalida el título del maratón, pero fue una pena que casi no habían espectadores cuando ingresó al estadio tras desplazar a la italiana Valeria Straneo en los últimos dos kilómetros.

 

“Casi siempre corro por las mañana y temía que esto iba a ser un gran problema”, dijo Kiplagat sobre la hora de la largada, a las 2 de la tarde.

 

En el decatlón, Gunnar Nixon causó sensación en su debut en una competencia internacional de envergadura. Pero el estadounidense de 20 años no pudo mantener la ventaja cuando su compatriota Ashton Eaton, actual campeón olímpico, respondió con fuerza en los 400 metros para quedar al frente tras cinco de las 10 pruebas. Eaton aventaja a Nixon por 4.502-4.493.

 

El Mundial no parece entusiasmar a los aficionados rusos, aunque la excusa de la primera jornada fue no exponerse estar varias horas al aire libre con un calor de bochorno, sobre los 30 grados Centígrado (86 F).

 

Por la noche, sin embargo, la primera aparición de Bolt y una ceremonia de apertura —con la presencia del presidente ruso Vladimir Putin— sirvió para reanimar el ambiente.