WASHINGTON. El hacinamiento en las prisiones estadunidenses obliga a reestructurar el sistema correccional del país, anunció el secretario de Justicia, Eric Holder, quien propuso atenuar las sentencias severas para quienes son procesados por determinados delitos vinculados con las drogas. “Debemos asegurarnos de que la cárcel se emplee para castigar, disuadir y rehabilitar y no solamente para condenar, encerrar y olvidar”, explicó Holder ante la Barra de Abogados de San Francisco.

 

“Ahora, el círculo vicioso de pobreza, criminalidad y encarcelación ha atrapado a muchos estadunidenses y debilita a demasiadas comunidades”, declaró el procurador estadunidense, quien reconoció que “muchos aspectos de nuestro sistema de justicia criminal exacerban el problema más que aliviarlo”.

 

Las penas más severas se reservarán para los traficantes de drogas de alto nivel y más violentos “mejor podemos promover la salud pública, la disuasión y la rehabilitación para hacer gastos más inteligentes y productivos”, expresó el Ministro de Justicia en su presentación.

 

Los costos de mantenimiento de la población carcelaria también influyen en esa decisión. Datos del Departamento de Justicia refieren que en 2010, el presupuesto global para las prisiones del país fue de 80 mil millones de dólares.

 

Desde 1980, la población penitenciaria aumentó casi un tercio y en las prisiones federales creció 800%. Los funcionarios afirmaron a The Washington Post que esas cárceles operan 40% arriba de su capacidad.

 

Aunque el texto del discurso de Holder se conoció antes de ser presentado ayer, el procurador destacó que la reforma al sistema judicial que propone, en el marco de las llamadas “Directrices de la Administración”, busca reducir las “desigualdades persistentes” en la población de reclusos y acabar con la cultura de la guerra de las drogas para poner el énfasis en que se trata de un asunto de salud pública, más que judicial.

 

Una primera propuesta del procurador estadunidense es que los fiscales que juzguen a los acusados de cometer delitos menores relacionados con drogas no exijan penas mínimas obligatorias. Es decir, cuando se constate que esos acusados no tienen vínculos con organizaciones criminales, cárteles del narcotráfico, pandillas o de otra naturaleza, podrán recibir sentencias mínimas obligatorias.

 

Desde la década de 1980 se impusieron esas sentencias con prisión mínima obligatoria, resultado de la guerra contra las drogas y limitan la discreción de los jueces para imponer sentencias más cortas. El secretario Holder explicó que los acusados serán instruidos de cargos cuyas sentencias “estén mejor adaptadas a su conducta individual en vez de términos de prisión excesivos más adecuados para delincuentes violentos o narco jefes”.

 

Agregó que las sentencias mínimas obligatorias “fomentan irrespeto por el sistema. Cuando se aplican indiscriminadamente no favorecen la seguridad pública. Ejercen un efecto inhabilitante en las comunidades y a la larga son contraproducentes”.

 

Lo federal y estatal

 

Holder elogió a las autoridades policiales estatales y locales por emprender algunos de los cambios que deberían instrumentarse a nivel federal. Aceptó que es necesaria una aplicación enérgica de las leyes penales federales, pero “no podemos solamente juzgar o encarcelar para ser una nación más segura”.

 

Explicó que algunas cuestiones se manejan mejor a nivel estatal o local y dijo que ha instruido a fiscales federales en todo el país a desarrollar pautas de aplicación local para determinar cuándo deben interponerse cargos federales y cuándo no. Dijo que 17 estados han desviado fondos para la construcción de prisiones canalizándolos a programas y servicios como tratamiento y supervisión destinados a reducir el problema de los reincidentes.

 

Los senadores demócratas Dick Durbin y Patrick Leahy y los republicanos Mike Lee y Rand Paul han presentado un proyecto de ley destinado a dar a los jueces federales mayor discreción para la aplicación de sentencias obligatorias mínimas para determinados delitos de drogas.

 

El país de los 2 millones de presos

 

Estados Unidos es el país del planeta que mantiene en prisión a más personas, reflejo de un criterio ante el crimen y el castigo relativamente reciente, escribió Adam Liptak de The New York Times este año. En ese país, los estadunidenses van presos por delitos -librar cheques sin fondos o consumir drogas- que en otros países rara vez merecen la cárcel. Estos son los datos del Centro Internacional de Estudios Carcelarios del King’s College de Londres.

 

–       EU tiene en prisión a 2 millones 300 mil personas.

–       China -con cuatro veces más habitantes que EU- tiene un millón 600 mil.

–       Rusia, Reino Unido, Alemania y Japón siguen en esta lista.