EL CAIRO. Un día después de que la policía y el ejército egipcios desalojaran por la fuerza los campamentos de opositores al régimen en operativos que dejaron, al menos, 638 muertos, tres mil 800 heridos y cientos de detenidos, el primer ministro egipcio, Hazem ElBeblawi, justificó la acción de las fuerzas públicas y afirmó que fue en favor de la seguridad.

 

El conflicto civil se agudizó la mañana del jueves luego que simpatizantes del depuesto presidente Mohamed Mursi, miembros de la Hermandad Musulmana y del Partido de la Libertad y la Justicia retornaron a las calles para protestar por la represión de que fueron víctimas el día anterior.

 

La advertencia de Obama

 

El presidente estadunidense, Barack Obama, canceló las maniobras militares de su país con Egipto que se celebrarían en septiembre y advirtió que evalúa otras medidas para responder a la represión del gobierno provisional de Adli Mansur contra opositores. Obama recordó que Egipto está “en el interés de seguridad nacional” de EU, pero advirtió que la cooperación tradicional “no puede continuar como de costumbre cuando se está matando a civiles en las calles y se están coartando los derechos”.

 

Desde la noche del miércoles, el Ministerio del Interior informó que instruyó a sus fuerzas para que empleen munición real ante cualquier ataque contra las instituciones gubernamentales y los efectivos del orden. El comunicado que envió apunta que tomó esa decisión “a la luz de los ataques terroristas de los Hermanos Musulmanes contra instituciones y la policía, sus intentos de apoderarse de armas y el corte de caminos para sembrar el caos”.

 

A su vez, el primer ministro, El Beblawi, destacó ante la televisión que respeta la libertad de expresión pero que la decisión de romper los plantones de protesta “no fue fácil” y que no tuvo otra opción más que actuar.

 

Avanzó que su gobierno ya redacta una nueva Constitución, que fijará las bases para las elecciones y el futuro gobierno democrático.

 

Mientras ese mensaje se difundía, los opositores al gobierno tomaban la calle para protestar por la represión del día anterior.

 

En El Cairo, los edificios gubernamentales, centros comerciales e iglesias coptas fueron objetivo de la ira de jóvenes y adultos en represalia por el desalojo de la noche e intentaban, infructuosamente, retornar a las plazas de Raba al Adawiya y de Al Nahda y al Puente 6 de Octubre.

 

Las mayores concentraciones en la capital egipcia se ubicaban en los alrededores de las mezquitas, muchas convertidas en grandes morgues como la de Al Imam y otras en las que los deudos celebraban los funerales de sus víctimas.

 

Alejandría, la segunda ciudad del país, ha sido escenario de fuertes enfrentamientos. Después del rezo en la mezquita de Sidi Bizir, miembros de la Hermandad Musulmana -con carteles antigubernamentales- chocaron con grupos anti Mursi cuando se dirigían rumbo a la zona de Victoria. El enfrentamiento se libró con palos y piedras.

 

En la zona de la Cornisa, el paseo marino que bordea gran parte de esa ciudad al norte de Egipto, los manifestantes protestaron por las muertes que dejaron los desalojos de la policía en las plazas.

 

Otro choque violento ocurrió durante el funeral de 20 personas durante los disturbios en Alejandría, cuando sus deudos reclamaron a la policía por esos hechos. Los manifestantes se dispersaron luego que las autoridades anunciaron que levantaban el toque de queda.

 

En tanto, fuerzas del Ministerio del Interior y del Ejército resguardan las ciudades turísticas de Asuán y Sharm el Sheij y aseguran que no ha habido violencia. Una zona de tensión es el sur del Sinaí, donde desde hace semanas comandos sin identificar han atacado a las fuerzas armadas.

 

“Encontramos que las cosas habían llegado a un punto que ningún Estado que se precie de serlo podría aceptar”, afirmó ElBalawi, tras expresar su condena a la anarquía y los ataques lanzados por los manifestantes contra las comisarias, hospitales y oficinas de gobierno.

 

México reitera riesgo en Egipto

 

Por instrucciones del canciller, el subsecretario de Relaciones Exteriores, embajador Carlos de Icaza, convocó ayer al embajador de la República Árabe de Egipto, Ibrahim Ahdy Khairat, para expresarle la preocupación del gobierno de México por los hechos de violencia que han ocurrido en ciudades de esa nación. Reiteró la importancia del diálogo incluyente entre las autoridades y todas las fuerzas políticas del país y, considerando los riesgos de la actual situación para la comunidad mexicana residente en Egipto y los visitantes, exhortó a reconsiderar sus planes de viaje a ese país mientras subsista la presente situación.