Petróleos Mexicanos (Pemex) es un gigante obsoleto y afectado por la corrupción, destacó hoy el diario español El País, en su más reciente editorial.

 

El rotativo de la peninsula ibérica recordó que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentó el pasado lunes su propuesta para abrir al capital privado la producción de hidrocarburos y poner fin a 75 años de monopolio estatal y agregó que ese “bagaje sentimental” ha acabado convirtiéndose en un lastre para su desarrollo.

 

“El asunto toca la fibra más íntima del país, que conmemora cada año la expropiación petrolera de 1938 como símbolo del orgullo patrio”, indicó el rotativo español.

 

“Baste señalar que la producción petrolera se ha reducido en una cuarta parte en los últimos diez años y que México, que cuenta con enormes reservas de hidrocarburos, debe importar ya gas y gasolina”, puntualizó.

 

Resaltó que Peña Nieto sabe que camina en un campo minado y, hábilmente, reivindicó el espíritu de Lázaro Cárdenas.

 

De hecho, el padre de la nacionalización petrolera nunca rechazó la inversión privada, que se prohibió dos décadas más tarde, dijo.

 

Aseguró que así, Peña Nieto dice volver a los cánones del cardenismo con una reforma cauta: no se trata de privatizar, sino de abrir la puerta a la inversión para la exploración y explotación, sobre todo en yacimientos no convencionales (petróleo en aguas profundas y gas de esquisto).

 

De acuerdo con la propuesta, no habrá concesiones, sino contratos de utilidad compartida, siguiendo el modelo de Ecuador, Irán o Irak, anotó.

 

Además, también quiere impulsar la participación de particulares en la generación de electricidad, lo que abarataría el costo para empresas y ciudadanos, abundó.

 

El País refirió que el conservador Partido Acción Nacional (PAN), partidario de liberalizar el sector, considera la reforma insuficiente, pero es improbable que se oponga a ella.

 

Esto le garantizaría al gubernamental PRI más de los dos tercios necesarios en el Congreso para reformar la Constitución, acotó.

 

Expuso que la izquierda radical, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, habla de “atraco” y promete movilizar a las masas.

 

En cambio, la izquierda moderada del PRD, en minoría en el Legislativo, se opone a tocar la Carta Magna y propone cambios en el régimen fiscal y presupuestario.

 

No obstante, en el partido no faltan dirigentes que quieren sacar tajada en su lucha por el liderazgo y abogan por romper la baraja, aseveró.

 

“Sería deseable que el PRD se mantenga unido y fiel al espíritu de diálogo que le llevó a firmar el Pacto por México. En juego está la viabilidad económica del país”, concluyó.

 

Con información de Notimex.