La definición de departamentos “más verdes” no es solo cuestión de poner más plantas. Si se saben aprovechar los espacios incluso se puede crear un huerto urbano. Zanahorias, calabacitas, microgreen, hierbas finas y lechugas son algunos de los productos que se pueden cultivar en casa.
“En cualquier rinconcito podemos hacer un huerto, no hay pretextos. Lo primero que necesitamos hacer es la composta”, explica la Ing. Agrónoma Azucena Cabrera, educadora ambiental de la empresa Vía Orgánica.
Hay dos tipos principales de composta: lombricomposta y composta de desechos, explica Cabrera. Para la primera se necesita un recipiente grande, ya sea de madera o plástico, desechos de cocina, como son cáscaras de fruta y verdura, y hojarasca. Todo el material debe estar triturado o licuado. En el recipiente se colocan primero la tierra con las lombrices y al final los desechos. Una vez que toda la materia orgánica haya sido consumida, la tierra estará lista para usarse para cultivar.
“En cuanto a la composta de desechos hay dos tipos: caliente y fría. Para la composta caliente se necesita paja o pasto seco, hojarasca, estiércol y tierra del jardín en partes iguales, para que la actividad microbiológica sea constante. Para la composta fría o vegetal, se pueden usar los desechos de cocina y hojas de árboles; en esta se mantiene la humedad, a diferencia de la caliente, por lo que tarda más tiempo en descomponerse todo el material.
“En cualquiera de los dos tipos, se revuelven todos los desechos. El proceso dura de ocho semanas a 24 semanas si la humedeces constantemente y lo mueves, sino, va a tardar más tiempo”, comenta.
La agrónoma señala que cualquier persona puede hacerlo, porque todos tenemos los materiales a mano. Lo que se busca es promover el aprovechamiento del material orgánico en lugar de tirarlo a la basura.
A PLANTAR
•Primero, conseguir recipientes hondos o botes de basura, de manera que las raíces de la planta tengan espacio para crecer. Una vez que tengas los botes, perfora el fondo para que el agua pueda salir y así la tierra no se pudra por el exceso de humedad.
•Compra las matas y déjalas crecer hasta aproximadamente 18 centímetros. Cuando alcancen esta altura, trasplántalas; de preferencia durante la noche pues es cuando las plantas están en modo de reposo y se estresarán menos por la “mudanza”.
•Toma en cuenta que existen plantas que no es posible trasplantar, como los tubérculos: rábanos, papas, camote, zanahoria, etc. Éstas sólo pueden plantarse por medio de semillas. Estas se colocan sobre un algodón húmedo, una vez que la raíz se desprenda de la semilla se trasplanta. Hazlo de preferencia en invierno.
•Crea un “policultivo”. Esto es, un huerto con diferentes especies. Si siembras dos especies iguales en el mismo espacio, competirán por alimento y por sombra. Igualmente si alguna enferma, enfermará a las demás. De otro modo, si colocas especies diferentes, no tendrán problemas de convivencia ni se harán sombra.
•Procura regarlas durante la noche.
•Las plagas más comunes que atacan a las plantas en este tipo de huertos son el pulgón, que se combate rociándoles agua diariamente, y el oidio, un hongo blanco que tiene textura de ceniza. Puedes rociarles una mezcla de azufre con agua en partes iguales y con eso las eliminarás.
• Las plantas más recomendadas por el poco cuidado que requieren y su constante uso son: tomillo, orégano, romero, salvia, menta, estragón, poleo, albahaca y perejil; esta última es una planta bianual (lo cual significa que dura dos años).
•Busca combinarlas de acuerdo a sus necesidades, por ejemplo: el romero, tomillo, orégano y salvia no necesitan mucha agua. El perejil, cilantro, estragón y albahaca sí necesitan riego constante.
•Si mezclas plantas con flores (como la caléndula, los girasoles o las capuchinas) te ayudarán al control de plagas, evitando que dañen a tus plantas.