El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi ha asegurado que no va a pedir el indulto al presidente de la República tras la sentencia en firme que lo ha condenado a cuatro años de cárcel y a una inhabilitación para un período que está estudiando el tribunal de casación.
“No se me pasa por la cabeza pedir la gracia. No lo haré yo, ni tampoco lo harán mis hijos, ni tampoco mis abogados”, dijo Berlusconi a sus allegados, según informa hoy el diario “La Repubblica”.
Agregó que tampoco hará nada respecto a la pena de cárcel, que quedaría en un año en virtud de la ley de indulto de 2006 del Gobierno de Romano Prodi -es decir, por tener más de 70 años de edad-, lo que le permitiría cumplir la pena con trabajos sociales.
“No pediré tampoco los servicios sociales, ni los domiciliarios. Continuaré mi batalla con la cabeza alta, aunque desde la cárcel, servirá. No ganarán”, señaló.
De nada han servido los consejos de sus abogados para que acceda a los servicios sociales y así, según le explicaron, el ambiente en el Partido Demócrata (PD) se serenaría tras las críticas recibidas por sus dirigentes por gobernar con un líder del partido Pueblo de la Libertad (PDL), condenado por el Tribunal Supremo con sentencia en firme por fraude fiscal.
Si el ex primer ministro cumple los nueves meses de servicios sociales -dijeron los letrados-, la decisión de poner fin a su actividad de senador se alargaría en el tiempo, el Gobierno podría continuar en pie y la capacidad de maniobra de Berlusconi se ampliaría.
Sin embargo, según el diario, Berlusconi no cree ya en las promesas y está tan “desilusionado”, “herido” y “amargado” que ahora quiere ver lo que ocurre con todas las promesas que le han hecho.
En este sentido, Berlusconi se ha dirigido al primer ministro de Italia: “Letta no puede hacer como si no ocurriera nada, como si mi situación no le concerniera. Si quiere seguir adelante debe dar un golpe”, mantuvo “il Cavaliere”.