Rosario León, de 20 años y originaria de Sonora, envió un mensaje de despedida a su novio el martes pasado: estaba a punto de quitarse la vida. Su cadáver fue hallado al día siguiente al interior de su casa, en la colonia Pueblo Nuevo, en el municipio fronterizo de Agua Prieta.

 

El 21 de junio en Nogales, Alexis Omar, de 23 años, se suicidó tras dispararse en la cabeza luego de discutir con su esposa, pero antes se despidió de su madre, su hijo y sus amigos con un mensaje publicado en Facebook, donde mostró fotografías del que fue su último cumpleaños, posando con cervezas y un arma calibre .40, misma con la que acabó con su vida.

 

“Ya no puedo más amigos, me rindo, cuídense mucho, sobre todo mi familia k la amo, perdóneme amá y mi hijo (sic)”, decía el mensaje publicado. Algunos de sus contactos preguntaron al joven si algo ocurría, otra pidió su número de celular, pero nadie obtuvo respuesta. Alexis se quitaba la vida en su habitación.

 

En los primeros días de agosto otros dos jóvenes se suicidaron en el municipio fronterizo de Cananea. Al respecto el director del Instituto Sonorense de la Juventud (ISJ) dijo que han iniciado un programa de prevención de suicidios el cual se imparte en secundarias y preparatorias en municipios de la zona fronteriza desde principios de agosto.

 

“Lo que tenemos que reforzar mucho es el tema de prevención de suicidios, nosotros ya empezamos en Cananea con la campaña (de información), queremos también entrar a Agua Prieta, sólo estamos esperando que nombren al nuevo director de la Juventud Municipal para empezar a llevar el programa”, dijo Gutiérrez Acuña.

 

Las redes sociales son una vía libre en la que los usuarios escriben a placer y publican sin censura, o no tanta. Ya se informó en este diario que en Twitter y Facebook se ofrecen servicios sexuales y rifas de mujeres, actividades que esconden el delito de trata de personas.

 

Pero esas mismas redes también sirven de confesionario, de antesala del suicidio, es ahí donde muchos han dejado su último mensaje en vida, o han revelado algún crimen.

 

Como hechos aislados la prensa ha publicado los casos que, de tan recurrentes, se hacen tendencia y reflejan un problema de salud pública: la depresión, infelicidad, insatisfacción.

 

La depresión es un problema de salud pública que ha padecido, por lo menos alguna vez en su vida, el 40 por ciento de los mexicanos, y que puede derivar en suicidio.

 

Se prevé que será la principal causa de enfermedades de morbilidad en el 2020, de acuerdo con Ileana Petra Micu, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

Sin embargo, para Benjamín Domínguez Trejo, doctor en psicología general experimental de la Universidad Nacional, la depresión –que afecta a casi tres millones de mexicanos, de los cuales 15 por ciento termina con su vida, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)– “ha sido satanizada al igual que las emociones negativas, necesarias para un balance emocional”.

 

No obstante, el especialista de la Facultad de Psicología (FP) advirtió que los estados de angustia, ansiedad o sufrimiento, entre otros, provocan una respuesta fisiológica y cerebral, y “en personas con antecedentes familiares de padecimientos cardiovasculares o hipertensión, las preocupaciones las pueden llevar a la muerte”.

 

En México, quienes tienen una actividad laboral destinan hasta 15 horas a la semana en las redes sociales, señaló Jorge Aguilar Cisneros, catedrático de la Facultad de Tecnologías de Información de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

 

Dijo que en el país, nueve de cada 10 personas que usan internet tienen un perfil en alguna red social, principalmente en Facebook. Este dato se vuelve revelador si se toma en cuenta otro:

 

El uso de Facebook pronostica una disminución del bienestar del usuario, según evidenció un estudio de la Universidad de Michigan (UM), primera investigación conocida y publicada, que examinó la influencia de la red social en la felicidad y la satisfacción.

 

Para el estudio, que fue publicado el miércoles en “Public Library of Science”, los investigadores reclutaron a 82 adultos jóvenes y usaron el muestreo de experiencia, que es una de las técnicas más confiables para medir cómo las personas piensan, sienten y se comportan momento a momento en la vida cotidiana.

 

“En la superficie Facebook proporciona un recurso valioso para la satisfacción de la necesidad humana básica de conexión social. Pero, en lugar de realzar el bienestar, encontramos que el uso de Facebook pronostica el resultado opuesto, socava el bienestar”, indicó el psicólogo social de la UM, Ethan Kross, autor principal de artículo y docente asociado en el Instituto de Investigación Social (ISR) de esa universidad.

 

“Esto es un resultado de importancia crítica porque va al centro mismo de la influencia que las redes sociales pueden tener sobre la vida de las personas”, añadió otro autor del estudio, el científico cognitivo John Jonides, de la UM.