De 2007 a 2010 la población de reclusos en el país que son adictos a las drogas o al alcohol aumentó casi 30%, revela una encuesta practicada por el Consejo Nacional Contra las Adicciones (Conadic).

 

De acuerdo con el documento publicado, en el 2007 al menos 40% de los internos en los distintos centros de readaptación la República padecía alguna adicción; para el 2010 esta cifra había llegado al 69%, esto de acuerdo con el documento “Actualidades en Adicciones 2012: Avances en los métodos diagnósticos y Terapéuticos de las adicciones”.

 

La Conadic también indica que de los internos que estaban próximos a cumplir su pena, 7% presentaba un consumo severo, mientras que 62% consumía drogas en un nivel entre bajo y medio.

 

Las sustancias más populares en las prisiones son la cocaína, la marihuana y los inhalables. Estas drogas también son las más comunes que se relacionan con actos delictivos.

 

La relación entre el consumo de sustancias y la delincuencia responde a tres posibilidades: el consumo de drogas previo a la delincuencia, que la delincuencia lleva a la drogadicción y que ambas se originan a partir de determinantes comunes.

 

Hasta diciembre de 2011, el sistema penitenciario albergaba un total de 230 mil 943 presos distribuidos en 418 centros, de estos el 43.19 por ciento se distribuía en 204 centros del país y el Distrito Federal concentra el 17.78% de los presos en tan sólo 10 centros de reclusión.

 

El documento del Conadic indica que, hasta 2012, se habían atendido a mil 184 pacientes en condiciones de reclusión, reportando un promedio de abstinencia del 54.55% a los seis meses de tratamiento primario. La consumación del programa es el único indicativo fiable para el seguimiento de los índices de recuperación debido al deficiente control interno de expedientes.

 

Tratamientos

 

El documento pondera que la capacidad de atención de los problemas de adicción es insuficiente, ya que no existe un método que sea aplicable a todos los individuos con antecedentes criminales involucrados en el consumo de drogas. En 2006, el Gobierno del Distrito Federal inició la operación de la primera clínica de Tratamiento Residencial primario para personas en reclusión.

 

Este programa de tratamiento se adaptó al perfil del interno adicto y se basa en los Doce Pasos orientados hacia la abstinencia de drogas y alcohol. En el internamiento primario, el recluso tiene una estancia de 90 días donde se le diagnostica y se le da un tratamiento personalizado, además se les da terapia a los familiares.

 

El programa de post-tratamiento tiene una duración mínima de seis meses, que le ayudan a mantenerse en abstinencia. Este programa de tratamiento denominado Oceánica para Población en Reclusión se ha implementado y operado en cinco clínicas de tratamiento, tres pertenecientes al Gobierno del Distrito Federal y dos Centros Penitenciarios Federales de Readaptación Social.

 

Las cárceles

 

Cada una de éstas presenta diferentes necesidades relacionadas con los años de sentencia, tipo de delito, variables sociodemográficas, entre otros.

 

En la Penitenciaria del Distrito Federal se recluye la población de índice criminal medio y bajo, las sentencias son mayores a 25 años, además son reincidentes. En el Centro de Readaptación Social Varonil Santa Martha Acatitla están las personas que comenten algún delito por primera vez o primodelincuentes, el índice criminal es medio y bajo, también hay población sentenciada con menores de 15 años.

 

El Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte son los internos próximos a ser liberados, las sentencias son menores a los 2 años. En el Complejo Penitenciario de las Islas Marías residen los sentenciados por delitos federales menores y los próximos a cumplir sus sentencias.

 

DATO

El Conadic ofrece un programa de rehabilitación; en 2012 atendió a mil 184 pacientes en reclusión, 54.55% permanecían en abstinencia a seis meses de tratamiento.