Este 17 de agosto se celebró uno de esos tantos días de algo. El Día del Peatón. Algún día habrá Día Internacional del Día Internacional. Estos días de celebración del todo, nos llevan siempre al extremo de la charlatanería. El Día de las Madres se regalan planchitas. El Día del Niño, los niños se vuelven escenografía de los políticos. El Día del Abuelo los viejos esperan bajo el sol el discurso del político que les regalará algo.

 

Este 17 de agosto, en el marco de la celebración del Día del Peatón, el delegado en Cuauhtémoc, Alejandro Fernández, cantó desafinado: en vez de arreglar un cruce peatonal cada día más complejo por errores de la autoridad, Fernández anunció una obra que complicará el paso a los peatones, un puente peatonal.

 

Independientemente del caso específico de Buenavista, por años los políticos han creído que un puente peatonal resuelve la vida del peatón, cuando esta infraestructura sólo beneficia a los automóviles y hace que sus conductores prejuzguen con facilidad al “peatón flojo” que no obedece los puentes.

 

Una vez inaugurado conocemos lo que ocurre: la infraestructura queda en abandono, los peatones cruzan por abajo con una vulnerabilidad más: las aseguradoras pueden decir ¡Ups! (espero que el Ups no sea marca registrada de Axa) y no pagar. Al final de cuentas miles de cruces van marcando la fecha de nacimiento y muerte de los atropellados en nuestras ciudades.

 

Arreglar un crucero (con isletas, semáforos peatonales, iluminación, pintura de calidad, etc.) es normalmente más barato que construir un puente. Claro, es más fotografiable cortar el listón.

 

Tengo bien diagnosticado el caso de Miguel Hidalgo, también en el Distrito Federal. 73 puentes peatonales y el segundo lugar en accidentes. 47 de esos puentes se ubican en vías no semaforizadas, por lo que podríamos considerar que, en teoría, esos desniveles son insalvables. Sin embargo, el resto, 26, sí se ubican en vías semaforizadas, lo que significa que un buen diseño de la intersección nos evitaría que los peatones subieran y bajaran escaleras. Algunos de los casos mencionados requieren una inversión mayor para adaptar las vialidades, pero al menos 12 casos podrían ser desmontados con facilidad, incluyendo uno con un par de elevadores que jamás han funcionado.

 

El caso de Miguel Hidalgo es muy similar al de Fernández. El delegado Víctor Romo, habla mucho de movilidad pero al final de cuentas todo queda a nivel mediático, una bicicleta con asistencia eléctrica montada sobre el rack de una camioneta. Como parte del día del peatón no tuvimos acciones verdaderas a favor del peatón, sólo un corte de listón en un paso peatonal subterráneo en el que se mejoró la iluminación, se taparon los grafitis, pero que bien podría sustituirse por un semáforo, dado que cruza una vía semaforizada, y que tarde o temprano volverá a ser escenario de violaciones y asaltos.

 

La delegación ha desarrollado una campaña de concientización en los cruces peatonales, a partir del pintado del logotipo del Rey Peatón. La campaña la diseñé yo, pero requiere de acciones complementarias a favor del peatón que no se instrumentaron, entre ellas el desmontaje de puentes peatonales.

 

Se percibe una tendencia de los políticos a montarse sobre el tema peatonal sin realmente conocerlo. En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal una diputada presentó una iniciativa de Ley de Movilidad. El documento es incompleto, con postulados a favor del peatón, pero con pocos elementos que realmente lo defiendan, como establecer mecanismos formales que garanticen la liberación del espacio peatonal invadido, que obliguen a la autoridad a seguir ciertos criterios en el desarrollo de infraestructura y no a la improvisación. Nuevamente, en aras de ganar los reflectores, la diputada Laura Ballesteros prefirió una iniciativa chafa que, evidentemente, no se aprobará.

 

Próximo 17 de agosto, ya saben, celebremos el Día Mundial del Político Hablando de Peatones.

 

@GoberRemes