EL CAIRO. En voz del ejército, el gobierno interino de Adli Mansur dijo que impedirá las manifestaciones de protesta. Ese anuncio ocurrió mientras crecía la ola de apoyo internacional a favor de la población reprimida por el régimen egipcio, que sólo en la capital de Marruecos concentró a 10 mil personas.

 

Más de 888 muertos dejó la violencia con la que se desmantelaron los campamentos de los simpatizantes del depuesto presidente Mohamed Mursi, el 13 de agosto, en Egipto. Ayer, luego de que la Hermandad Musulmana (HM) anunciara nuevas marchas de protesta, fueron arrestados sus líderes en todo el país.

 

Unas 10 mil personas salieron a las calles de Rabat, la capital marroquí, para manifestar su protesta por lo que llamaron la “represión del Ejército” egipcio y exigieron que el embajador de ese país sea expulsado de Marruecos. Hombres y mujeres marchaban y vitoreaban el nombre del depuesto presidente egipcio mientras levantaban los carteles con fotografías de las víctimas en Egipto. La manifestación pacífica -y tolerada por el gobierno del rey alauita Mohamed VI-, fue escoltada por policías.

 

En Ankara, la capital de Turquía, también hubo marchas contra la actuación del ejército egipcio, luego de que el gobierno del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, llamara a su embajador de El Cairo y expresara que los líderes de aquel país debían “ser juzgados” por la violencia desplegada contra su población.

 

En tanto, en Egipto, para evitar las concentraciones públicas, el ministro de Defensa, general Abdel Fatá el-Sisi -que encabezó la destitución del presidente Mursi-, reiteró que el ejército no tiene intención de tomar el poder.

 

En su primera declaración pública luego de la mortífera ofensiva del 13 de agosto que desmanteló los dos campamentos de simpatizantes de Mursi, el-Sisi advirtió: “No observaremos en silencio la destrucción del país y la gente, o la quema de la nación y el amedrentamiento de los ciudadanos”.

 

El general agregó que los militares no buscan el poder sino que “tienen el honor de proteger la voluntad del pueblo”, según la televisora estatal que publica el sitio oficial del ejército en Facebook. El-Sisi también afirmó que los islamistas deben ser incluidos en la política del país, una vez que se enmiende la Constitución y se convoque a elecciones presidenciales y parlamentarias en 2014.

 

“Les hemos dado muchas oportunidades… para poner fin a la crisis pacíficamente y pedimos a los seguidores del antiguo régimen participar en la reconstrucción de la vía democrática e integrarse en el proceso político y el futuro mapa en lugar de optar por las confrontaciones y destruir el estado egipcio”, declaró el alto mando en una reunión de altos mandos militares y jefes de la policía.

 

La represalia

 

Desde el sábado, miembros de la HM y otras organizaciones políticas y sociales egipcias que forman el frente anti-golpe de Estado, llamaron a miles de partidarios a protestar el domingo ante al Tribunal Constitucional Supremo en el sur de El Cairo. Para evitarlo, durante la madrugada la policía emprendió redadas en varias ciudades egipcias, donde detuvieron a los líderes islámicos en sus casas. En El Cairo, el ejército desplegó vehículos blindados y tropas frente al edificio judicial para evitar que sea otro escenario de violencia callejera.

 

En Assiut, 320 kilómetros al sur de El Cairo, 163 de los mandos medios del grupo fueron detenidos acusados de instigar a la violencia y orquestar ataques contra estaciones de policía e iglesias.

 

En Suez, nueve personas fueron detenidas luego de que una cámara las grabó atacando vehículos militares y tiendas de propiedad cristiana y quemando iglesias, dijeron las autoridades.

 

En Luxor, fueron arrestados más de 20 líderes de la Hermandad.

 

Manifestaciones similares ocurrían en otras ciudades del país, frente a las principales mezquitas de Alejandría, Luxor y Asuán. La mayoría exige la restitución del presidente Mursi, otros exigen el fin de la represión, nuevas elecciones y la enmienda de la Constitución.

 

Y aunque el ministro de Defensa declaraba horas antes que la Hermandad debe integrarse al gobierno, el primer ministro interino, Hazem el-Beblawi, confirmó que propuso la disolución legal de esa organización -a la que pertenece Mursi, retenido desde el 3 de julio en un sitio desconocido-, según la emisora qatarí Al Jazeera.

 

Efecto colateral de los arrestos masivos, el domingo murieron 36 personas al norte de El Cairo cuando intentaron escapar de un convoy de autobuses que transportaba a 600 personas a la prisión de Abu Zaabal, dijo la agencia de noticias oficial egipcia MENA.