LONDRES. The Guardian publicó este martes nuevos detalles sobre su confrontación con el servicio de inteligencia británico, en los que indicó que autoridades del periódico destruyeron discos duros que contenían material filtrado por Edward Snowden a fin de resguardar al ex analista estadunidense de un posible juicio y seguir reportando sus filtraciones.
Personal de alto rango del rotativo destrozó a mediados de julio los artefactos electrónicos valiéndose de trituradoras y taladros, en un intento por evitar una acción jurídica e incluso una redada policial que pudiera detener sus reportes o proporcionar evidencia para funcionarios de Estados Unidos que desean encarcelar a Snowden, ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional que dio a conocer a la prensa la existencia de un programa secreto de espionaje.
“No quise estar en esa posición”, dijo el director Alan Rusbridger en una entrevista en video colocada en el sitio de internet de The Guardian. “Una vez que fue obvio que ellos recurrirían a las leyes, preferí destruir la copia que entregárselas o permitir que las cortes congelaran nuestros reportes”.
Señaló que el periódico tiene otras copias del mismo material ubicadas en otro lugar.
Rusbridger habló en momentos en que continúa creciendo la inquietud en torno a la detención de David Miranda, pareja del periodista Gleen Greenwald de The Guardian, quien fue retenido el domingo durante nueve horas en el aeropuerto Heathrow de Londres mientras transportaba a Brasil —donde Greenwald vive— material relacionado a la historia de Snowden que enviaba la realizadora cinematográfica Laura Poitras en Alemania.
Las filtraciones de Snowden han servido como punto de partida para una serie de historias sobre el programa de vigilancia de Estados Unidos que abarca a todo el mundo, incluidas revelaciones de que espías estadounidenses se sumergen profundamente en las redes de compañías privadas para seguir el rastro de decenas de millones de conversaciones telefónicas y por internet de estadounidenses inocentes. Dichas actividades de espionaje tienen una supervisión independiente limitada.
Las historias han envalentonado a activistas defensores de la privacidad y avergonzado al presidente estadounidense Barack Obama, quien recientemente reveló una lista de reformas en materia de inteligencia que buscan calmar las preocupaciones del público.
Analistas jurídicos han cuestionado la legalidad de la detención de Miranda, la cual ha sido descrita por grupos defensores de las libertades civiles como un abuso de poder que tiene como objetivo sabotear la cobertura de Greenwald.
“Miranda puede haber estado transportando copias digitales de documentos secretos puestos a disposición de Laura Poitras y de su socio Glenn Greenwald, pero eso no lo convierte en un sospechoso verosímil de una investigación de terrorismo”, dijo el conductor de televisión Bill Thompson en un mensaje de opinión colocado en el Índice sobre Censura, un grupo británico defensor de la libertad de expresión.