El ex dirigente sudafricano Nelson Mandela, de 95 años, continúa en estado “crítico pero estable”, si bien en ocasiones su pronóstico se vuelve “inestable”, informó hoy la Presidencia de Sudáfrica.

 

“Aunque a veces su condición se vuelve inestable, los médicos indican que el ex presidente ha demostrado una gran capacidad de recuperación y su condición tiende a estabilizarse, como resultado de las intervenciones médicas”, señaló el portavoz de la Presidencia, Mac Maharaj, en un comunicado.

 

Destacó que los médicos del hospital de Pretoria en el que Mandela permanece ingresado desde hace 78 días llevan a cabo un gran esfuerzo para mejorar su estado de salud y para que esté cómodo.

 

“El presidente (sudafricano) Jacob Zuma insta a Sudáfrica continuar orando por Madiba -como se conoce popularmente al ex mandatario- y mantenerlo en sus pensamientos todo el tiempo”, añadió Maharaj.

 

Zuma se encuentra de viaje oficial en Malasia, con el objetivo impulsar las relaciones sociales, políticas y económicas bilaterales.

 

El presidente de Sudáfrica recibirá allí, en nombre de Mandela, el Premio a Toda una Vida por la Paz Global, concedido por la Fundación para la Paz Global Mahathir.

 

A principios de este mes, la Presidencia sudafricana dijo que el estado de Mandela seguía siendo crítico, pero mejoraba “constantemente”.

 

Mandela fue hospitalizado el pasado 8 de junio por una recaída de una infección pulmonar.

 

Su pronóstico cambió de “grave pero estable” a “crítico” el 23 de junio.

 

El icono de la lucha contra el régimen racista del “apartheid” pasó su 95 cumpleaños en el hospital el pasado 18 de julio, día en el que recibió homenajes y felicitaciones de cientos de miles de sudafricanos y de líderes y ciudadanos de todo el mundo.

 

Mandela fue elegido en 1994 primer presidente negro de Sudáfrica, tras estar veintisiete años encarcelado en las prisiones del régimen del “apartheid”, donde contrajo los problemas pulmonares que ahora padece.

 

En 1993, Mandela fue galardonado con el premio Nobel de la Paz junto al último presidente del “apartheid”, Frederik de Klerk, por la apuesta de ambos a favor de la reconciliación y la convivencia como elementos con los que poner fin al régimen racista que imperó en Sudáfrica durante casi cinco décadas.