EN EL CALENDARIO DE FABIÁN GOSSELIN, el 25 de junio de 2013 está marcado como un día de “minicrisis”. El director general de Alsea bautizó así ese martes en el que el valor de la acción de su compañía se desplomó 4.28%, inmediatamente después de que iniciara operaciones la Bolsa Mexicana de Valores (bmv). Un movimiento brusco, nada alentador.
A las 8:55 de la mañana se registró ese “bajón” en el precio del título que reflejó la inconformidad de los inversionistas por un anuncio hecho un día antes: la operadora de restaurantes había comprado 25% de las acciones de Axo, una firma importadora de marcas de ropa, accesorios y muebles de lujo. Eso motivó el desconcierto (y castigo) de analistas de mercado e inversionistas.
Una poderosa razón tenían para actuar así: ¿Qué tienen que ver las pizzas de Domino’s con un suéter Tommy Hilfiger o las hamburguesas de Burger King con una bolsa Coach? Por eso la noticia los tomó por sorpresa. No tenían claro cómo podría beneficiar a los accionistas la incursión de Alsea en la importación y distribución de ropa, accesorios, muebles y cosméticos de marcas como Tommy Hilfiger, Coach, Guess, Emporio Armani, Sephora y Crate & Barrel.
¿Cuál es el trasfondo de esta operación? La necesidad de buscar nuevas áreas de crecimiento que ofrezcan jugosos márgenes de ganancia. Así, el extraño anuncio del 25 de junio empieza a entenderse.
Fabián Gosselin es el capitán de Alsea, que dispone de un bufet cuyo valor de mercado ronda los 24,000 mdp. Él comanda los cambios.