El reto es mayúsculo. El escándalo de la LadyProfeco provocó una crisis de credibilidad en la Procuraduría Federal del Consumidor del nuevo gobierno federal. El designado para reparar el daño mediático y dar un giro en la forma de trabajar de la Profeco fue Alfredo Castillo Cervantes, cercano al presidente Enrique Peña Nieto.

 

Aficionado al tenis, el 20 de mayo pasado tomó posesión de sus nuevas oficinas, tras su paso en la PGR, donde llevó las investigaciones de la explosión en la Torre de Pemex y la detención de Elba Esther Gordillo.

 

En julio colocó sellos de suspensión en 15 hoteles de las zonas de Polanco, Reforma Centro y Centro Histórico de la Ciudad de México por incurrir en prácticas comerciales abusivas y aplicó una sanción de 684 mil pesos en contra de McDonald’s por colocar leyendas inexactas en su Cajita Feliz.

 

También, impuso una multa de 2 millones 33 mil pesos a Genomma Lab Internacional por el uso de “publicidad engañosa”. Y sancionó diversas irregularidades en servicios de Aeromar, Aeroméxico, VivaAerobús, Interjert y American Airlines, así como a empresas arrendadoras y de sitio de taxis en las terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

 

Después del escándalo por la LadyProfeco ¿cómo encontró la Profeco?

 

Yo creo que a diferencia de lo que podría ser una procuraduría de justicia, donde sí tienes una manera de hacer un diagnóstico más profundo sobre expedientes, averiguaciones previas y capacidad operativa, en la Profeco no. Cuando nosotros llegamos creo que sabíamos que era una institución debilitada pero no por el escándalo ni por la gestión de una sola persona o dos, sino que la Profeco como institución se debilitó en el momento en que el modelo económico se transformó y tuvimos una mayor apertura económica y un crecimiento en el consumo exponencial y la institución no fue creciendo ni modernizándose a la par de este crecimiento que se dio.

 

Teníamos un arrastre de muchos años en los que la Profeco se redujo a un área de mediación y conciliación, pero como fuerza operativa que llegara a sentir temor o respeto a algunos prestadores de servicios se fue diluyendo.

 

¿Cuál es la diferencia entre usted y sus antecesores?

 

Yo diría que es un tema de estrategia y con una visión distinta. Hay un tema de cohesión, de equipo, con un plan de acción totalmente claro. Muy importante es que haya rumbo y dirección, porque hay gente que llega a una dependencia y está pensando a dónde quiere ir y en el caso de nosotros, desde la primera semana teníamos claro qué queríamos y hacia dónde íbamos. Lo primero que yo pensé es que quería darle una fuerza operativa importante a la Procuraduría.

 

No nos atomizamos para mandar a dos a un lado y a dos a otro lado, porque realmente no sabemos si haba algún tipo de arreglo. Concentramos a la totalidad de todos los verificadores, los dividimos en grupos, definimos un plan de acción supervisado por nuestra gente, en el que sabíamos hacia dónde íbamos a ir, hacíamos un trabajo previo de inteligencia para detectar las fallas y entonces comenzamos a focalizar por temas neurálgicos.

 

¿Por dónde empezaron?

 

Empezamos con gasolineras, los aeropuertos, las agencias automotrices, casas de empeño, restaurantes, bares, table dances, temas de publicidad engañosa, televisión por cable, telefonía celular.

 

La verdad es que nos faltan los temas más álgidos. Es un tema que va para arriba, pero en los temas más delicados debemos tener mayor sustento, todavía en cuestiones muy precisas, como en las acciones colectivas.

 

Muchos de los abusos se cometen en la noche, antes la gente (de la Profeco) trabajaba hasta las seis (de la tarde). Con lo que tenemos ahorita estamos dando la batalla. Distribuimos operativamente a los verificadores y cada área se hace responsable de ellos.

 

¿Cuáles son esos temas álgidos?

 

Hay tiendas departamentales, casinos, telefonía, televisión por cable, estaremos pensando en aquellas que tienen un número mucho mayor de consumidores y clientes y que hemos detectado que tienen fallas. A todos ellos les llegará su hora.

 

La idea es prácticamente tocar a todos los sectores y lo ideal es que el día de mañana lo que podamos hacer sea puro tema de mediación.

 

¿Qué sintió pasar de la PGR a la Profeco?

 

En una procuraduría eres defensor de la víctima, aquí de los consumidores. Allá eres un fiscal y aquí eres como el fiscal de las empresas. Si tiene cierto paralelismo, porque existe una persona que tiene la expectativa de que le resuelvas un problema de fondo; en el caso de una procuraduría de justicia, en el caso de una persona que le robaron su patrimonio, le secuestraron a su hijo, le mataron a su hermano, realmente sus expectativas es que alguien le haga justicia y en este caso hay una persona que ante el agravio, ante el abuso, espera que una persona la sancione y le devuelva su dinero y, en ese sentido, tú te conviertes en la expectativa de muchos.

 

La diferencia es que en el caso de la Profeco tienen nombre y apellidos, están establecidos y sabes a qué te enfrentas, en el caso de la delincuencia, están escondidos, no dan la cara, lo hacen por la espalda, son traidores, el que robó, el que secuestró.

 

¿Van contra todos?

 

Nosotros vamos contra el que abuse del consumidor. Contra el que considere que pude hacer lo que quiere y nadie le va a hacer nada, contra ese vamos, con legalidad pero estamos en la línea de quien la hace la paga.

 

¿Cuál es el principal reto?

 

Dotar a la Profeco de más tecnologías, tener más presupuesto, más verificadores, digitalizar el 80 por ciento de los procedimientos, que se puedan hacer denuncias por internet. Necesitamos que las multas se queden en Profeco, modificar normas para no hacer tan engorroso el trabajo, contar con un portal virtual para explicar a la gente quién es quién en los precios y consolidar un binomio indisoluble entre la sociedad y la Profeco, para que no pase lo mismo que en las procuradurías de justicia, que la gente no les tiene confianza.

 

¿Qué hacer para quitarle esa imagen de segundo nivel a la Profeco?

 

Primero tenemos que demostrar con hechos que tiene su peso específico. A lo mejor lo que nosotros hemos hecho es quitarla del descenso y hemos empezado s ganar unos partidos, pero llegar al área de Champions hay que tener un crecimiento sostenido, no nada más de tres o cuatro partidos, sino de por lo menos ochos meses, al paso que hemos tenido ahorita mantenerlo unos ocho meses con acciones contundentes prácticamente todos los días y eso hace que permee más entre la gente.

 

¿Pedirán un aumento de presupuesto?

 

Sí, estamos hablando de unos 700 millones de pesos adicionales, apenas hicimos las corridas, ni siquiera hemos tratado el tema con Hacienda o Economía, pero tenemos un cálculo para los programas que tenemos definidos el próximo año.

 

¿De su trabajo aquí depende su futuro político?

 

No, porque la verdad no veo un futuro político, ni me considero con una carrera política. Yo diría que sólo soy un colaborador en este caso del señor presidente y en el área que él considere que puedo aportar, pues, ahí estaré y cuando considere que las funciones que tengo las he cumplido púes haré otro tipo de actividades, pero ahorita no tengo ningún otro ánimo que no sea apoyar al señor presidente en el área que él me indique, pero no tengo ninguna otra aspiración que no sea cumplir con las tareas de Profeco.

 

¿Qué le dijo el Presidente?

 

El comentario fue que era abogado, conocía el tema de las procuradurías, era operativo, tenía el conocimiento para poder salir a defender a la gente ante este tipo de circunstancias, reiterándome  que desde su punto de vista era el tema que lastimaba a la gente: que abusen de la gente, de su dinero, de su patrimonio, de su gasto, de su economía familiar y que nadie le responda. Eso es lo que realmente le duele a la gente y en ese sentido para mi es importante que haya una persona con un perfil operativo, echado para adelante, que conoce el marco de la ley y que es respetuoso, además del tema de la confianza y la lealtad.

 

¿Regresaría a la PGR?

 

No me gustaría, pero yo estoy muy contento en Profeco, creo que hay un magnifico procurador ahí, creo que cada quien debe cumplir su función y en ese sentido creo que todas las áreas están perfectamente cubiertas por el perfil ideal. Para mí tal vez podría decir que ha sido una gran oportunidad salirme de esos temas, porque a final de cuentas la gente no lo sabe pero desgasta mucho tener tantos años dedicándote a investigar secuestros, narcotráfico, crimen organizado. Yo creo que si necesitas una renovación en esos temas y en ese sentido creo que el procurador (Jesús) Murillo Karam está al frente de una institución y está haciendo un gran papel y creo que es la persona ideal para estar ahí.