BRASIL. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reafirmó que la relación con los países latinoamericanos es “la mayor” prioridad” para su gobierno, en la ceremonia en la que asumió el cargo su nuevo ministro de Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo.

 

Figueiredo releva a Antonio Patriota que fue destituido del puesto por la presidenta después de que el senador opositor boliviano, Roger Pinto, arribó a Brasil con la complicidad de funcionarios diplomáticos y sin el salvoconducto que necesitaba del gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales.

 

En su discurso, Rousseff dijo que la política externa de Brasil incluye un acercamiento a los países emergentes, y la no intervención en asuntos internos de otros países, haciendo alusión al episodio que llevó a dimitir al ex canciller Antonio Patriota.

 

Según Rousseff “Una base de nuestra política externa es la relación armónica y respetuosa con nuestros hermanos latinoamericanos. La mayor de nuestras prioridades es la integración regional, principalmente con nuestros vecinos de América del Sur”, manifestó Rousseff.

 

Sobre su nuevo canciller, la presidenta valoró su “notable experiencia” de más de 30 años en el servicio exterior, su “capacidad negociadora” y su conocimiento sobre asuntos del medio ambiente, que “son una bandera de Brasil” y en los que se ha especializado.

 

Patriota, ex canciller de Brasil y ahora embajador ante la ONU, afirmó que “nunca puede repetirse” lo ocurrido con el senador boliviano Roger Pinto y aseguró que Brasil “actuó con total transparencia en el caso del senador” y que “buscó una solución negociada” para que pudiera abandonar la embajada en La Paz, en la que se alojó el 28 de mayo de 2012.

 

La responsabilidad por lo ocurrido en La Paz la asumió el encargado de Negocios de la embajada, Eduardo Saboia, quien dijo que decidió ayudar al senador por razones humanitarias.

 

Saboia, quien ha sido sometido a un “proceso disciplinario” por su participación en lo que el Gobierno boliviano califica de “fuga”, alegó que tomó la decisión pues “había un riesgo inminente” para “la vida” de Pinto y “una amenaza a la dignidad de una persona”.

 

En tanto, el presidente Evo Morales reclamó al gobierno de Dilma Rousseff una respuesta oficial de Brasil sobre el caso de la salida del senador Roger Pinto y dijo que, en el marco de los compromisos bilaterales de lucha contra la corrupción, Brasil debería devolver al legislador para que éste se someta a la justicia boliviana.

 

“Lo que toca a Brasil es devolver a Roger Pinto y que se someta a la justicia boliviana, sería la mejor forma de contribuir a la lucha contra la corrupción”.