Preocupación e incluso angustia para el común de las mujeres: una de cada ocho en el mundo desarrolla cáncer de mama en algún punto de su vida.
Sólo en nuestro país, cada dos horas muere una mujer a consecuencia de este mal, que representa el 11.3% de los casos de cáncer en México y tiene mayor incidencia después de los 40 años de edad.
Probablemente se preguntará usted: ¿por qué en este espacio, en el que a menudo hablamos de nutrición, hoy abordamos este tema? Porque la alimentación puede ser un camino para alejarse de esta enfermedad.
Aunque hay diversas causas que interactúan para causarlo (por ejemplo, factores genéticos y medio ambiente), el estilo de vida también tiene gran nivel de influencia. Por ello, al modificar algunos de nuestros comportamientos podemos disminuir el riesgo de padecerlo. Aquí, unos consejos:
1. Crea Conciencia
Revisa tus pechos al menos una vez al mes. Busca cambios en la textura y la presencia de algún abultamiento. A partir de los 40 años de edad es importante que se realicen mamografías anualmente.
2. Muévete
La actividad física nos ayuda a prevenir diversas enfermedades. El cáncer de mama no es la excepción, al estar relacionado con el sobrepeso y el sedentarismo. Según un estudio británico, hacer ejercicio reduce el riesgo en al menos 20%, al disminuir la cantidad de células grasas (responsables por la producción de estrógenos; recordemos que las mujeres con altos niveles de estrógenos poseen mayor posibilidad de tener esta enfermedad). Treinta minutos de actividad física al día pueden representar una verdadera diferencia.
3. Cuida tu peso
El exceso de peso duplica el peligro de cáncer de mama después de la menopausia. Si lucir delgadas no representa suficiente motivación para todas las damas, bajar a la mitad este fatal margen sí es algo inobjetable.
4. Evita el alcohol
Por más que disfrutemos de unos buenos drinks, las bebidas alcohólicas incrementan notablemente las perspectivas de esta condición. Como con todo, el secreto está en el equilibrio. Con sólo disminuir el consumo de alcohol a la mitad, ya la estás ganando.
5. Omega 3
Según el Cancer Research Center de Estados Unidos la probabilidad de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas bajó hasta un 33% al ingerir suplementos de aceite de pescado (omega 3). Si prefieres, consume de 1 a 2 porciones de pescado graso semanalmente; por ejemplo, salmón, sardinas, trucha o atún fresco.
6. Lactancia
El World Cancer Research establece que las mujeres que amamantan más de un año a lo largo de sus vidas (obviamente, no tiene que ser de corrido, sino en diferentes partos), disminuyen su riesgo en otro 5%.
7. No caliente plástico en el microondas
Al colocar alimentos en contenedores plásticos en el microondas, algunos químicos (sobre todo, el BPA) se traspasan a la comida elevando la incidencia.
8. Fibra, fibra, fibra
Estudios recientes descubrieron que aquellas mujeres que consumen más de 30 gramos al día de fibra reducen este riesgo a la mitad. Por eso recomendamos cereal integral, pan de grano, arroz integral, frijol, lenteja, fruta madura y verduras (crudas de preferencia).
9. Vitamina D
La luz solar provee a nuestro cuerpo con vitamina D que también reduce la posibilidad de cáncer de mama. Imprescindible saber balancear la exposición al sol, pues el exceso genera cáncer de piel. En ciudades contaminadas, donde la exposición al sol es inadecuada, la suplementación con esta vitamina es muy positiva.
10. Implantes
Aunque no existe consenso respecto a si la cirugía estética en busto aumenta la probabilidad, sí es un hecho que puede resultar dañino al disfrazar el cáncer de mama y posponer su oportuna detección. Un estudio publicado por el British Medical Journal, refiere que 26% de los casos en mujeres con implantes demoran más en reconocer los signos.
La preocupación sólo puede remediarse con ocupación. El cáncer de mama es vencible si se le detecta a tiempo. Pero, mejor todavía, el cáncer de mama puede venir con menos frecuencia, si seguimos algunos de los puntos hoy sugeridos.
¡Añade vida a tu nutrición!