No se trata del popular número con el que se conoce al ejemplar de la revista de moda femenina Vogue, ese en el que los más importantes diseñadores se pelean aunque sea un pequeño espacio pues es vista como la Biblia de las tendencias a seguir para el próximo año. September Issue en la connotación de la revista mencionada, es un ejemplar de costo y número de páginas muy superior a las ediciones cotidianas, y objeto del deseo que suele agotarse rápidamente en las tiendas que la distribuyen.
Si mantenemos el enfoque de tendencias pero cambiamos el contexto, podemos jugar con una connotación distinta del famoso September Issue. De manera más precisa, hablando de tecnología, podríamos decir que el mes que está por iniciar tiene un tema o “issue” que seguro dará de qué hablar: una nueva batalla en la guerra ya declarada entre dos de los más importantes fabricantes de tecnología en nuestros días, Apple y Samsung.
De acuerdo a la rumorología del medio, ambas empresas preparan su incursión en un nuevo mercado, el de los relojes inteligentes, y técnicamente presentarán su novedad con solo algunos días de diferencia. “Galaxy Gear” e “iWatch”, respectivamente, podrían dar nombre a los dispositivos. Samsung pegará primero (su evento se prevé para el día 4 de Septiembre, 6 días antes del evento de Apple, a celebrarse el 10 de Septiembre).
Podemos formularnos la pregunta de si en esta ocasión aplicará el refrán de “el que pega primero, pega doble”. Mi respuesta: Depende desde el ángulo que se mire, ventas, dominio de un mercado, o percepción.
Es en este último campo donde creo que ambas empresas enfocarán su arsenal. Si bien en la confrontación iniciada hace algunos años, desde la perspectiva de ventas, Samsung pareciera haber lastimado a Apple siendo factor importante para el crecimiento de los sistemas operativos Android que operan en sus teléfonos inteligentes y que hoy tienen más del 80% de ese mercado a nivel mundial, de acuerdo con la empresa de análisis IDC, creo que donde más duele a Apple es en ver afectada su reputación como “el más innovador” de la industria, trono que disfrutaron casi toda la última década, en muchas ocasiones con grosa soberbia, pero que, coincidentemente desde la muerte de Steve Jobs, se ha venido erosionando ante la falta de ingreso a nuevos mercados y una estrategia de producto más centrada en updates o actualizaciones. En contraste a esa herida a su reputación, sus números de ventas son muy poderosos: la empresa californiana reportó ventas por más de 35 mil millones de dólares en el tercer trimestre de su año fiscal 2013, último reportado hasta el momento, donde el producto más vendido fue precisamente, el iPhone (31.2 millones a nivel mundial). Así que de números, no es su problema.
En contraste, Samsung ha robado cámara como empresa de innovación. Basta ver su presencia en el mercado de televisores inteligentes con acceso a internet y tecnologías ultra modernas de visualización, la creación de un mercado híbrido entre el teléfono y la tableta (con su Galaxy Note), y el vertiginoso ascenso de sus teléfonos estrella Galaxy SIII y Galaxy S4 que incorporan tecnologías en las que Apple no ha trabajado como la detección de movimiento que permite aceptar llamadas, pasar de una imagen a otra con solo mover la mano sin necesidad de tocar la pantalla, o la fantástica detección de visualización que hace que el dispositivo actúe en función de la mirada del usuario.
Por eso Apple ingresa a un nuevo mercado, el de los relojes inteligentes. Por eso, Samsung también. No sabemos qué fue primero, si el huevo o la gallina. Lo que sí sabemos es que para ambas será muy importante ganar escalones en la lista de posicionamiento como la empresa más innovadora del mundo, donde muy pocas compiten. Apple sabe que buena parte de su capital y su ángel con los consumidores lo ha construido al ser percibida como la empresa más innovadora y disruptiva del mundo, y no está dispuesta a que su más acérrimo rival le arrebate el puesto. Sería muy peligroso para su futuro.
Si todo sale como se prevé, el September Issue será algo más que colores, texturas y formas que configurarán las más importantes tendencias del vestir en el 2014.