La mayoría de las celebridades y famosos contratan a personal de seguridad para que los acompañen, tanto en su cotidianeidad como en las presentaciones, para ayudarles a estar seguros y cuidar de sus vidas cuando sus seguidores o detractores se acercan a ellos, pero no siempre eligen bien y son precisamente esos personajes de seguridad los que los meten en problemas.

 

Las cantantes Lady Gaga, Rihanna y Beyoncé, cuando iban al estado del sol en los Estados Unidos, Florida, contrataban para que los cuidara a un peculiar personaje que era reconocido en el medio como muy serio, el “gigante holandés” Norman Oosterbroek.

 

Sin embargo, salió a la luz que Norman no es tan confiable como las celebridades creían, pues consumía de manera regular drogas fuertes y eso lo convertía en una persona muy violenta. ¿Por qué nos referimos a él en pasado? Pues porque gracias a sus excesos murió en manos de la policía el lunes pasado.

 

El personaje había entrado varias veces en rehabilitación, pero no le sirvió de mucho, irrumpió en la casa de su vecino desnudo, completamente drogado y con un polvo blanco, llamaron a la policía para pedir ayuda y por más que trataron de controlarlo, por su violencia e inestabilidad, fue electrificado tantas veces que no resistió.

 

En muchas ocasiones, la falta de control de sustancias en el personal de seguridad ha metido en problemas a las celebridades. Tenemos por ejemplo las recurrentes agresiones a la gente que está cerca de Justin Bieber por parte de su guardaespaldas; Johnny Depp también fue demandado por una fan con discapacidad a la que agredió su guardaespaldas por sólo acercarse a su mesa; y bueno, quién no recuerda al guardaespaldas de la cantante mexicana Lucero cuando le sacó la pistola a los medios en una conferencia de prensa.

 

Así que mensaje a los famosos: es importante no sólo que te cuiden sino ¡cuida quién te cuida!