Declarado por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad, el flamenco ha roto esquemas fronterizos hasta llegar a los pies de distintas regiones del mundo, siendo Iberoamérica y Japón las zonas más representativas fuera del territorio español.
Nace en Andalucía España, ciudad autónoma, colindante con Portugal, cercada por el mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, que vio cruzar por sus tierras a personas de todas partes del mundo enriqueciendo su cultura y tradiciones, los andaluces adoptaron gustos y costumbres que el ir y venir de las camadas de viajeros arrastraban a su paso, consiguiendo así permear su cultura, su riqueza gastronómica y las formas de expresión, entre ellas el flamenco; compuesto principalmente por tres elementos; el cante, denominación otorgada a la acción de cantar, el toque, postura del guitarrista al cruzar las piernas para así poder apoyar la guitarra, y el baile que asemeja la bravura con la que el torero ancara a la bestia, siempre con movimientos cadenciosos de la cadera acompañado de movimientos delicados y perfectamente estilizados provenientes de las manos.
En México el flamenco cada vez se posiciona como uno de los estilos de baile más recurridos para practicar, siendo impartido por grandes y dignos representantes como lo son Oscar Tarriba, Manolo Vargas y Casilda Madrazo quien, encuentra su formación en la danza flamenca, impartirá a partir de este sábado 7 de septiembre y hasta el sábado 26 de octubre.
El primer módulo del taller “Diálogo entre cuerpo y elementos”, que busca explorar el movimiento personal para llevarlo al campo de la danza flamenca, hace participes la bata de cola, el abanico y el mantón.
