Hace 10 años la idea de llegar a Marte parecía sacada de un cuento de ciencia ficción, hoy en día un equipo de 200 científicos, uno de ellos mexicano, analiza los indicios de vida pasada en el planeta rojo pero también la manera de crear, en futuro, un ambiente similar al de la Tierra para sembrarla.

 

El mexicano Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, colabora de forma permanente en el proyecto Curiosity de la NASA. Su tarea, que realiza desde un laboratorio instalado en Ciudad Universitaria, es analizar e interpretar las evidencias que recoge el robot a 59 millones de kilómetros de distancia en el espacio.

 

¿Qué tan factible es la vida en Marte?

 

Los humanos que viajen a Marte con traje de astronautas pueden sobrevivir, no hay nada tóxico o peligroso, fuera de la presión baja y la falta de oxígeno, en ese ambiente. Estamos haciendo más experimentos, pero hasta el momento hemos encontrado evidencia de que la mayoría de los ingredientes que se requieren para que la vida surja o pueda subsistir en Marte, están ahí.

 

¿A futuro, cuáles serían las condiciones para conformar una colonia?

 

 

Existe la posibilidad en el futuro de llevar vida de la tierra y sembrarla en Marte. Habría que subir la temperatura, es un proceso de reformación para cambiar las condiciones del planeta para que se parezcan a las de la Tierra si liberamos gases invernaderos para calentar la atmósfera y que el agua que hay ahí se empiece a descongelar.

Como no habría oxigeno tendríamos que llevar, por ejemplo, algas bacteriales que hagan fotosíntesis y liberen oxígeno, claro que no sería algo rápido. Que Marte pueda ser habitable para los humanos es cuestión de tal vez uno a diez siglos.

 

Es cuestión de tiempo. Antes la biología estudiaba la vida terrícola, ahora buscamos vida fuera de la Tierra. Probablemente el primer sitio donde se establezca una colonia de humanos y donde se empiecen a hacer este desarrollo de vida será la Luna y, eventualmente, Marte, ojalá que me toque ver eso.

 

¿Además de científicos, hay otros intereses en este proyecto?

 

Hay mucho interés, ya se está pensando incluso que empresas puedan hacer alianzas con gobiernos para participar en estos proyectos, porque hay interés no solamente científico sino también económico, por los materiales que puedan existir para explotar en otros planetas y los primeros que lleguen van a poder hacer grandes negocios.

 

Esto ha llegado al grado de que surjan propuestas para hacer reality shows para enviar humanos al planeta, dispuestos a arriesgar su vida para aventurarse. No sabemos quién va a construir la nave, pero si lo hace una empresa sin experiencia puede llevar bacterias con contaminación terrícola que pudiera poner en riesgo el futuro de Marte.

 

¿Qué resultados arroja el proyecto Curiosity?

 

Estamos preparando los resultados que comprenden todo el año, yo creo que serán publicados para finales del año o principios de 2014, pero entre los resultados más importantes que se tienen está, por ejemplo, descubrir el lecho de un río seco en Marte y haber estudiado el fondo de un lago seco en la superficie del cráter Gale, porque tenemos evidencia de que el agua en esa zona fue prácticamente neutra, como la que tenemos en los ríos, lagos o en el océano.

Hemos encontrado los ingredientes que se requieren para la vida, aunque no tenemos evidencia de compuestos orgánicos pero los seguimos buscando, ya que de hallarlos sería el descubrimiento más importante.

 

También descubrimos que los rayos cósmicos no son letales para los humanos que pudieran cohabitar en esa zona, tenemos información sobre el clima, información sobre el ambiente geológico de la zona, cómo se formó y varios resultados de ese tipo.

 

¿Cuál es su aportación a la NASA?

 

El trabajo ha sido en general en conferencias presenciales o a través de video. Tenemos varias reuniones al año para ver los avances del proyecto. Los primeros tres meses yo trabajaba todos los días en el laboratorio de la NASA, en un horario bastante complicado porque trabajábamos de día con horario marciano: Marte tiene casi 25 horas entonces si el primer día, por ejemplo uno empieza a trabajar a las ocho de la mañana en Marte y corresponde que son las 8:00 am en la Tierra pues está bien, pero al día siguiente Marte van a ser las 8:00 am cuando aquí ya son las 9:00 am, después el horario se va corriendo una hora más y eso se vuelve complicado.
Después el trabajo se descentralizó y todos los investigadores nos fuimos a nuestros sitios de trabajo, entonces regresé a la UNAM y todos los días colaboro desde aquí con los demás científicos del proyecto: tenemos videoconferencias, también tengo reuniones en la NASA una vez al mes.

 

¿La UNAM colabora?

 

La Universidad está apoyando a través de mi laboratorio y con viáticos, pero todo está básicamente subsidiado por la NASA.

 

El proyecto es totalmente pagado por Estados Unidos, costó dos mil 500 millones de dólares, aunque hay instrumentos que fueron construidos en otros países, y la UNAM lo que ha puesto es proporcionarme en mi laboratorio una réplica del corazón del Curiosity (cuyo costo fue de cuatro millones de pesos), entonces los experimentos que se hacen en Marte, cuando necesitamos replicarlos o hacer simulaciones, yo puedo trabajarlos desde aquí con minerales o muestras traídas desde diferentes partes del mundo que tengan características similares.