Una duda planea sobre el campamento tricolor: ¿Dejará José Manuel de la Torre en la banca al máximo goleador en activo en la historia de la selección mexicana?
Javier Chicharito Hérnandez sería suplente por primera vez en un cotejo oficial de México desde el Mundial 2010, cuando llovieron críticas al entonces seleccionador Javier Aguirre por no utilizarlo de inicio.
Todo hace indicar que hay diez puestos seguros en el once del Chepo: en la puerta, Jesús Corona; como defensas, Severo Meza, Diego Reyes, Héctor Moreno y Carlos Salcido; en la media, Gerardo Torrado, Fernando Arce y Christian Chaco Jiménez; al tiempo que adelante irían Giovani Dos Santos y Oribe Peralta, complementados por Ángel Reyna o el propio Chicharito (dos elementos de condiciones muy distintas, aunque tampoco es descartable que el sacrificado sea Peralta, dando paso a Hernández y Reyna).
En todo caso, en éste, el más importante partido del Tri en el 2013, no arrancarían algunos futbolistas habituales como los dos veces mundialistas Andrés Guardado y Javier Maza Rodríguez.
Lejos de las épocas en que se goleaba a cuanto rival centroamericano viniera al Azteca, México ha disputado hasta ahora tres partidos como local en el Hexagonal de la Concacaf, sin haber sido capaz de anotar gol en ninguno de ellos. De hecho, hasta el momento ha empatado sin goles cuatro de sus seis cotejos eliminatorios, con apenas un triunfo (contra Jamaica en Kingston 1-0) y otra igualada más (precisamente ante Honduras en San Pedro Sula, 2-2, encuentro en el que dejó ir una ventaja de dos tantos).
La relevancia de este cotejo radica en que tras él, quedarán nueve puntos en disputa pero solamente tres de ellos como local. La selección mexicana está obligada a sacar al menos siete unidades en los próximos tres partidos, a fin de llegar al cierre de la eliminatoria (que será de visita frente a Costa Rica) sin depender de combinaciones ajenas para meterse a Brasil 2014.
Este viernes, la diferencia entre ganar y empatar es inmensa. Una victoria significa dominar el panorama en aras de la calificación y alejarse de las perspectivas de finalizar en cuarto puesto (el cual obliga a una repesca contra Nueva Zelanda). Limitarse al empate puede representar incluso alejarse de esa recalificación ante los neozelandeses, ya que Panamá recibirá hoy al débil Jamaica y lo lógico es que se imponga.
El rival
Honduras brincará al estadio Azteca en la cuarta posición del Hexagonal final, lo cual le daría el pase a la reclasificación, aunque está a sólo un punto de distancia de México.
La selección catracha, dirigida por el colombiano Luis Fernando Suárez, llega con sus mejores hombres, incluido el delantero Jerry Bengston, con quien el seleccionador tuvo problemas en el pasado pero, dada la importancia de este compromiso, ha sido nuevamente convocado.
La preparación de este combinado se dio en Miami; prácticas a puerta cerrada alternadas con sesiones en cámaras hiperbáricas, en un afán de contrarrestar los efectos de la altura de la Ciudad de México.
Los hondureños han admitido que sería un gran resultado el empate, por lo que es de esperarse un planteamiento conservador y paciente, siempre pendiente de un contragolpe. Ante esto, la duda del técnico Suárez es si arrancar con uno o dos ofensivos, que podrían ser Bengston y/o el ex atlista Carlo Costly. En la media cancha es peligroso Wilson Palacios, acaso el más talentoso elemento catracho.
Luis Suárez mandaría en su once titular al veterano Noel Valladares en la portería; Víctor Bernárdez y Osmán Chávez en la central, con Maynor Figueroa por lateral derecha y Brayan Beckeles por izquierda; en la medular habrá gran tráfico de piernas, con Luis Garrido, Jorge Claros, Wilson Palacios, Roger Espinoza y Boniek García, quedando al frente un solo delantero centro: Costly o Bengston.
El partido contra México puede ser el despegue hondureño hacia Brasil 2014, sin embargo, Honduras nunca le ha ganado al Tri en nuestro país.