NUEVA YORK. La mayoría de las acciones cerraron al alza a medida que parecía desvanecerse la posibilidad de un inminente ataque militar estadounidense contra Siria, con excepción de los títulos de Apple.

            Las acciones de la firma de Cupertino cayeron ayer 5.44%, mientras que cuatro grandes bancos de Estados Unidos y Europa rebajaron sus previsiones sobre la marca.

 

Los analistas atribuyen a que el nuevo modelo más barato de iPhone, el 5C, seguirá siendo demasiado caro como para tener éxito comercial en los mercados emergentes.

 

La decepción que provocó el nuevo iPhone arrastró a Qualcomm, el fabricante de los chips que utilizan los teléfonos de la empresa de la manzanita. Los títulos de la empresa cayeron 2.9%.

 

Los inversionistas creen que la empresa no presentó incentivos suficientes para que la gente compre un nuevo modelo.

 

Wayne Lam, analista de IHS iSuppli, recordó que la expectativa era que Apple cortara agresivamente los precios para conquistar una mayor porción de clientes en los mercados emergentes.

 

“Es un modelo de negocios probado, y es bueno para ellos, pero creo que la sensación es que Apple está perdiendo mercado y no está innovando”, dijo Lam.

 

La gran sorpresa fue China, la nación que todos los empresarios sueñan conquistar, por su poder de compra y tamaño.

 

El martes fue la presentación de los nuevos modelos de Apple y en esta ocasión se convocó a los medios, por primera vez, a una presentación en vivo en China, en un hotel de la zona financiera de Beijing.

 

Pero el acto, que había generado una enorme expectativa, se limitó a reproducir el video del acto en Cupertino y no desveló ningún anuncio exclusivo para el mercado asiático, como se había especulado.

 

Las tiendas de Apple en China sí han divulgado los precios que tendrán los nuevos modelos, que por primera vez se pondrán a la venta en China de manera simultánea con Estados Unidos.

 

El 5C, que se presentaba como la primera apuesta de la marca de la manzana por un teléfono “económico”, se venderá en China por cuatro mil 488 yuanes (733 dólares), por encima de los 649 dólares que cuesta en Estados Unidos el 5S, el modelo más alto de la nueva gama.

 

Es el precio de un móvil liberado y no vinculado a ninguna compañía, la modalidad por la que optan la mayoría de los ciudadanos chinos.

 

El iPhone 5C utiliza materiales como el plástico para su carcasa para rebajar el precio del producto y tratar de hacerse más atractivo para mercados emergentes como el de indio o el chino, uno de los más importantes para la marca de la manzana pero donde ha registrado una importante caída en sus ingresos.

 

Entre abril y junio, según los últimos datos conocidos, la firma vio desplomarse sus ingresos en China en un 43%.

 

Los usuarios chinos reaccionaron con desdén en las redes sociales al anuncio de estos precios, que una gran mayoría consideraron demasiado caros para el poder adquisitivo de un ciudadano medio en este país.

 

“Dicen que es la versión ‘low cost’, pero ¿para quién? Es igual de caro pero con un equipamiento muy bajo”, indicó una internauta en Weibo, el Twitter chino, mientras otro se preguntaba: “¿Apple piensa que los chinos son tontos y adinerados?”.

 

Una encuesta realizada por Sina, uno de los portales de noticias más populares de China, recoge que el 88.4% de los chinos consideran que el precio del iPhone 5C es “demasiado”, mientras el diario oficial China Daily señala que sólo el 2.6% de la sociedad se plantea adquirir este teléfono.

 

Además de la opción “de bajo costo”, la firma también presentó el iPhone 5S, el modelo de gama alta que sucede al 5 y cuya mayor novedad es un sensor de huella dactilar con el que se puede desbloquear el teléfono y comprar contenidos y aplicaciones.

 

El nuevo teléfono de gama alta tampoco convenció a los chinos, que, como en otras ocasiones, criticaron la “falta de innovación”.

 

“No hay casi novedades. Les han cambiado de ropa”, señaló un internauta, Dang Shilu, en las redes sociales donde los comentarios sobre los nuevos aparatos de Apple se multiplicaban y, al cierre de esta edición superaban ya los tres millones.