Dallas.- Más de 500 personas continuaban este domingo como desaparecidas a consecuencia de las inundaciones que desde la noche del miércoles pasado afectan una extensa área de Colorado, informaron hoy las autoridades estadunidenses.

 

Alrededor de 350 personas están desaparecidas en el condado de Larimer, según la oficina del sheriff de esa localidad. En el adyacente condado de Boulder, más de 170 personas estaban desaparecidas.

 

Las autoridades confían en que la cifra de desaparecidos esté constituida en su gran mayoría por casos de personas que se han quedado aisladas por las inundaciones y no se han podido contactar con sus familiares.

 

Hasta el sábado por la noche se habían evacuado más de mil 200 personas en dos días, dijo el teniente coronel Mitch Utterback, de la Guardia Nacional.

 

Hasta ahora hay cuatro muertos y dos personas más están en calidad de “presumiblemente muertas” por las crecientes inundaciones que han destruido casas y barrido carreteras desde la frontera de Wyoming, en el norte, hasta Colorado Spring, en el sur de la entidad.

 

El sheriff del condado de Boulder, Joe Pelle, dijo que las autoridades tienen que ser “realistas ” sobre las posibilidades de que el número de muertos seguramente aumentará a medida que los rescatistas penetren más adentro en zonas aisladas.

 

Más de siete mil personas han sido evacuadas de sus hogares desde la noche del pasado miércoles en un área que normalmente registra cinco centímetros de lluvia en todo septiembre, pero que ahora ha sido inundada con más de 35 centímetros tan solo en la última semana.

 

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre precipitaciones adicionales este domingo, desde Denver a la frontera con Wyoming, lo que podría causar mayores inundaciones en la zona.

 

El presidente Barack Obama firmó una declaración de “desastre mayor” para Colorado este domingo y ordenó ayuda federal suplementaria para los esfuerzos de recuperación del estado y de los gobiernos locales.

 

El gobernador de Colorado, John Hickenlooper, estimó en varios cientos de millones de dólares los daños a la infraestructura, principalmente en carreteras y puentes derribados por las crecientes de agua.