El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró este lunes al Consejo de Seguridad que sus expertos confirmaron el uso de gas sarín en el ataque del 21 de agosto en Siria, un “crimen de guerra” por el que espera que los responsables sean llevados ante la justicia.

 

“Los resultados son indiscutibles y abrumadores. Los hechos hablan por si solos”, dijo Ban al presentar el informe de los inspectores ante los miembros del Consejo de Seguridad. “La misión de la ONU ha confirmado, de manera objetiva e inequívoca, que se usaron armas químicas en Siria”, añadió.

 

Para Ban, es un “crimen de guerra” y una grave violación del Protocolo sobre la prohibición del uso en la guerra, de gases asfixiantes, tóxicos o similares y medios bacteriológicos de 1925, y dijo que la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de llevar a los responsables ante la justicia.

 

El secretario general se mostró “profundamente conmocionado” por los resultados de la investigación y lamentó que el informe haya concluido que se usaron armas químicas a una escala “relativamente grande” que tuvo como consecuencia la muerte de civiles, “incluidos muchos menores de edad”.

 

Ban detalló al Consejo de Seguridad que el equipo liderado por el profesor sueco Ake Sellström entrevistó a más de 50 supervivientes, personal médico y personal de los equipos de emergencia, y recogió una treintena de muestras medioambientales en las zonas de impacto del ataque.

 

El 85 por ciento de las muestras de sangre que fueron analizadas por los expertos dieron como resultado positivo por la exposición de gas sarín, mientras que 34 de los 36 pacientes afectados seleccionados mostraron evidencias de envenenamiento, según el secretario general.

 

Ban detalló que algunas de las víctimas del ataque de Guta Oriental fueron diagnosticadas con “compuestos organofosforados” y mostraron síntomas “claros” asociados al sarín, como “pérdida de conciencia, dificultades respiratorias, visión borrosa, vómitos y convulsiones”.

 

Ante estos hechos, el secretario general reiteró al Consejo que la comunidad internacional tiene la “responsabilidad moral” de llevar a los responsables ante la justicia y de garantizar que las armas químicas no vuelvan a utilizarse como un instrumento para un acto de guerra.

 

Ban reiteró hoy que da la bienvenida al acuerdo de Estados Unidos y Rusia alcanzado este fin de semana por el que Siria se compromete a poner bajo control internacional su arsenal químico para su posterior destrucción y mostró su disposición a apoyar el plan ruso por todas las vías posibles.

 

“Ahora, la unidad del Consejo de Seguridad será crítica. Dada la gravedad de la situación, urjo al Consejo a considerar vías para garantizar que se cumple el plan (propuesto por Rusia) a través de una resolución clara”, dijo Ban, quien consideró que deberían haber “consecuencias” si no se cumple lo acordado.

 

El secretario general, que indicó que se trata de la confirmación del mayor uso de armas químicas contra población civil desde que las usó el régimen de Sadam Husein en 1988, añadió que la situación humanitaria en Siria es “desesperante” e insistió en que hay que hacer todo lo posible para que las partes se sienten a negociar.

 

“Mi deseo es que este incidente sirva como una llamada de atención para redoblar los esfuerzos que permitan resolver este conflicto y poner fin al insoportable sufrimiento de la población civil”, concluyó el secretario general ante los miembros del Consejo,