Vehículos con sistema de tiro automático, aeronaves de reconocimiento que no necesitan un piloto y sistemas de radar con mayor alcance, forman parte de la nueva tecnología que utiliza el Ejército, pero no para un conflicto bélico con alguna potencia extranjera, sino para la seguridad interior y poder combatir a su principal amenaza, el crimen organizado.

 

A diferencia de la mayoría de las Fuerzas Armadas, que se modernizan para defender su territorio ante un conflicto bélico, el Ejército y la Marina mexicanos han enfocado su desarrollo, en los últimos años, en equipo especializado para combate en zonas urbanas y rurales.

 

El nuevo “paradigma” de la función militar se hizo ayer patente en el desfile conmemorativo de los 203 años de la Independencia de México, con la presentación del agrupamiento denominado “Para Contribuir a Lograr un México en Paz”.

 

Ese nuevo grupo reúne los nuevos vehículos artillados desarrollados por los ingenieros militares, que por su diseño y manufactura mexicana, se llevaron los mayores aplausos.

 

Pero el vehículo que más sorprendió fue una especie de camioneta tipo Jeep, con camuflaje digital de selva, pero cuya arma superior de calibre 50 se movía literalmente… sola. Se trata, según anunció el cronista oficial del desfile, del Vehículo Táctico de Protección “Santa”, una unidad blindada, con un sistema de tiro de defensa que se acciona desde el interior de la unidad.

 

“Seguridad, rapidez y volumen de fuego son las ventajas de este vehículo desarrollado por nuestros ingenieros militares” se advirtió por los altavoces colocados en la Plaza de la Constitución.

 

También se presentaron otras unidades blindadas con armas de mayores dimensiones y doble operador, tanto arriba como dentro del vehículo. Todas ellas de rápido desplazamiento en cualquier terreno.

 

Y para que no quede dudas de que su campo de acción es la seguridad pública, todos estos vehículos militares artillados tienen torretas tipo patrullas.

 

Como cada aniversario de la Independencia, durante poco más de dos horas y media que duró el desfile militar, uno tras otro fueron transitando los diferentes agrupamientos, sus armas y equipo. Pero esta vez los himnos y cantos de las Unidades de Infantería del Ejército y la Fuerza Aérea retumbaron con fuerza, porque usaron micrófonos de diadema inalámbricos. El ímpetu de su voz al ritmo del paso marcial fue una mezcla que no se había escuchado antes en la historia del desfile militar.

 

Y otra novedad se dejó ver entre las filas de los agrupamientos: la mayor presencia de mujeres en ellos, aparecieron entre los de Infantería, Guardias Presidenciales e incluso de Fuerzas Especiales. Incluso, un hecho histórico que enmarcó la presentación de los cadetes del Heroico Colegio Militar, fue que por primera vez en su historia, seis mujeres formaron parte del desfile, como las primeras alumnas de la generación 2013-2014.

 

En el aire

 

Ayer la tecnología también se mostró en el cielo. Hizo su aparición la aeronave no tripulada conocida como “Hermes”, de fabricación israelí, de 10 metros de ala y seis metros de longitud. Las potencias militares usan este avión artillado para conflictos bélicos, pero en México se le utiliza sin armas, para misiones de reconocimiento en contra de la delincuencia organizada o detectar áreas dañadas por desastres naturales.

 

La innovación aérea no paró ahí. A bordo de un tráiler exhibieron lo que a simple vista parece un gran panel de cinco metros de longitud y tres metros de altura, y en la parte superior un panel más pequeño giratorio. El cronista y los letreros revelaron la identidad del nuevo aparato: el “Radar TPS-70”.

 

Se trata de un sistema que puede instalar sobre el terreno en casos de emergencia y funciona como torre de control móvil si es necesario establecer puentes aéreos para movilizar recursos y tropas en una emergencia.

 

Marina y PF muestran avances

 

Esta vez la Marina exhibió dos de sus más modernas embarcaciones la tipo “Rhibs”, que usa doble motor, y las tipo defender, con triple motor “Mercury”.

 

La apuesta, de nuevo, no es la potencia de fuego como si se pensara en una guerra naval, sino la velocidad para interceptar embarcaciones que pretender huir, como generalmente sucede con las que usan los narcotraficantes para transportar drogas.

 

Y si de velocidad se trata, para carretera la Policía Federal presentó las nuevas patrullas “Interceptor”, que cuentan con un motor de 365 caballos de fuerza, capaz de alcanzar hasta los 270 kilómetros por hora.

 

La corporación policiaca también exhibió, por tercer año consecutivo, dos de sus aeronaves no tripuladas tipo “Predator”, utilizadas para el patrullaje y reconocimiento aéreo.

 

 

Mujeres al grito de guerra

 

¡Atención, se van a prender las luces! Y las 38 mujeres debieron levantarse.

 

Era de madrugada, las 2:30. Parecía el momento más oscuro de la noche, que entonces se percibía fría y húmeda en el Campo Militar Número 1.

 

Era “el gran día”. Se mostrarían, por primera vez, el Batallón Femenino de Fuerzas Especiales, es decir, las mujeres mejor entrenadas del Ejército, capaces de rescatar rehenes, recuperar instalaciones o someter a blancos en situaciones de alto riesgo.

 

Ayer se pusieron su uniforme verde, las botas y boina negra. Se maquillaron, peinaron y al final un toque de perfume, para “verse presentables”, soltó en voz alta la soldado Nancy Robles. Antes de salir hacia el comedor, a paso redoblado, debieron dejar su dormitorio impecable.

 

Estas jóvenes no superan los 30 años y fueron seleccionadas para integrar, hace seis meses, el primer Agrupamiento de Fuerzas Especiales, pero apenas ayer hicieron su primera presentación oficial en el desfile del 203 Aniversario de la Independencia de México. Sólo las mejores obtuvieron su insignia, para ello debieron pasar los exámenes psicológicos y físicos, además de cumplir el entrenamiento de alto rendimiento.

 

Por eso de madrugada se prepararon para el desfile. Tras desayunar, las soldados llegaron al edificio de la primera Brigada de Policía Militar de Fuerzas Especiales para recoger sus armas, primero las tres abanderadas probaron su arma corta tipo HKP7. Después el resto de la brigada tomaron sus fusiles FX o “Xiuhcóatl”, que en lengua Náhuatl significa “serpiente de fuego”.

 

Ya con sus armas, regresaron al dormitorio para colocarse las fornituras, chaleco, coderas, rodilleras, equipo de comunicación y guantes. En total 10 kilos de equipo en el cuerpo.

 

“Trabajamos mucho para hoy, precisamente este día, entonces yo les deseo mucha suerte”, les dijo en la formación para salir, la capitán Jiménez.

 

Y entonces, a una señal el grito distintivo: “Boinas Verdes, pertenecer al elite de fuerzas especiales no es cuestión de vanidad y eso me hace recordar el compromiso que tengo con mi patria, Boinas Verdes”. Empezaron a marchar.

 

Eran ya las 5:30 de la mañana cuando el agrupamiento salió del Campo Militar 1, rumbo al metro Toreo. Van a pie, a paso veloz. El sonido de las botas que golpean el pavimento y la entonación de sus himnos, hizo que los vecinos de la zona se despertaran y asomaran para verlos pasar, entre las sombras de la noche y la neblina, se oye  “yo soy vampiro negro, mi sombra es un caimán, salimos por las noches dispuestos a matar, si el lleva escopeta, yo M-16, cuando el me echa a la puerta yo mato a los que estén”.

 

Por fin llegaron al metro, que a esa hora estaba vacío. Algunas de las soldados platicaban sobre las uñas postizas que se pusieron para la ocasión y otras trataron de dormir hasta llegar a la estación Pino Suarez, de la Línea 2, al bajar, cada soldado buscó a sus compañeros para marchar con su grupo, y un poco apretados caminaron el transbordo para salir a la Plaza San Lucas.

 

Poco antes de las siete, las 38 soldados ocuparon su lugar sobre la calle Venustiano Carranza. Se les veía ansiosas y emocionadas, algunas reían y otras sólo observaban, esperaban la orden para dar el primer paso y, por primera vez en la historia, mostrarse como el batallón de mujeres de Fuerzas Especiales.