Por más de tres mil años, las perlas han provocado fascinación a los seres humanos y esas es justamente la razón por la que el Museo Victoria & Alberto de Londres, en colaboración con la Autoridad de Museos de Catar (que ha cedido algunas piezas), decidió presentar la exposición Perlas que estará abierta al público desde este sábado 21 de julio.
A partir de joyería antigua y contemporánea, vestidos y retratos de importantes personalidades amantes de las perlas, el museo londinense “explora la enorme variedad de colores y formas que ofrece el mundo de las perlas”, dijo la comisaria de la muestra, Beatriz Chadour-Sampson.
Un pendiente que llevaba el rey Carlos I de Inglaterra antes de su ejecución en 1649 y un collar de perlas perteneciente a Marilyn Monroe son algunas de las 200 piezas que integran la exposición del Museo Victoria & Alberto.
Cuando se descubrieron las primeras perlas hace más de 3.000 años en aguas del océano Índico, encontrar una de estas piezas preciosas dentro de una ostra era sólo un privilegio de territorios del Golfo Pérsico como Catar o Baréin, que se centraron en su comercio.
El hallazgo se extendió pronto y se transportaron perlas a Europa y el resto de Asia, algo que lo convirtió en uno de los artículos “más preciados y valiosos de todos los continentes, que toda la nobleza quería poseer”, explicó Chadour-Sampson.
Una colección de ostras y radiografías a gran escala permite observar la rareza y particularidad de los moluscos procedentes del Golfo Pérsico que, según la comisaria de la exhibición, “siguen siendo igual de valiosos que cuando fueron descubiertos”.
Según se explica en la exposición, el valor de cada pieza dependía de su calidad, basada en la forma, color y tamaño de las perlas, que podía variar de forma extraordinaria y que sólo los pescadores más cualificados lograban identificar.
El momento de mayor auge en la historia de las perlas llegó con la Edad Media, cuando su posesión ya no sólo se asoció a lujo y poder, sino también a pureza, y pasó a formar parte de la imaginería de la Iglesia Católica, representada en la exposición por una biblia con perlas incrustadas datada en 1886.
La nobleza es otra de las protagonistas de esta exposición, que incluye retratos de nobles a través de los siglos en los que las perlas son una parte fundamental de sus atuendos.
Entre ellas, destacan el pendiente del rey Carlos I de Inglaterra (1600-1649), los botones del rey Jorge III (1738-1820), un anillo de la reina María II (1662-1694) y tiaras procedentes de la familia de María Antonieta (1755-1793).
Ya más reciente, las perlas originales también despertaron el interés de actrices famosas como Marilyn Monroe o Elizabeth Taylor, cuyas perlas son otro de los platos fuertes de la exposición.
“En la actualidad, las perlas más inusuales y raras son las más apreciadas”, explicó Chadour-Sampson ante una colección de modernos diseños de perlas, que van desde una tarántula hasta una pequeña representación de la estatua de la libertad de Estados Unidos.
Una de estas colecciones modernas de perlas está presentada en la exhibición por Yoko London, una empresa especializada en perlas desde hace más de 40 años y cuyas joyas pueden costar millones de dólares.
“Cada pieza tiene su propia identidad, color, forma y una historia que contar y un contexto particular. A veces nos lleva más de tres años colectar todas las perlas para hacer una pieza única y especial”, explicó Michael Hakimian, director de Yoko London.
Perlas, que podrá visitarse hasta el próximo 14 de enero, cierra su recorrido con una representación del actual modelo de fabricación de perlas a escala masiva en China, a través del cultivo de ostras de agua dulce en lagos.
Un modelo que, aunque añade el desafío de la falsificación, también permite que esta prestigiosa joya sea más accesible, según se señala en la muestra.