NAIROBI. Al cumplirse el tercer día de la crisis de rehenes en el centro comercial Westgate de la capital de Kenia, el Ministerio del Interior informó: “Creemos que todos los rehenes han sido liberados” en su cuenta oficial de Twitter. Al menos cuatro explosiones y descargas de armas de fuego anunciaron el lunes un nuevo asalto para rescatar a los últimos secuestrados por el grupo somalí Al-Shabaab, que hace tiempo amenazó al gobierno del presidente Uhuru Kenyatta, según el periódico israelí Jerusalem Post.
La presencia de las tropas kenianas en el conjunto de las fuerzas africanas involucradas en el conflicto de Somalia, estaría detrás de la ofensiva lanzada por el grupo Al-Shabaab, ligado a Al-Qaeda, en el ataque al centro comercial Westgate de Nairobi.
La amenaza era la de arremeter contra objetivos kenianos o sus fuerzas armadas kenianas, si el gobierno del presidente Kenyatta no saca a sus tropas de Somalia, según publica la edición dominical del periódico israelí Jerusalem Post.
Por su parte, el jefe de la Defensa de Kenia, el general Julius Karangi, declaró que participaron milicianos de un gran número de países en el ataque que se atribuye el grupo somalí Al-Shabaab.
“Tenemos cierta idea de quienes son estas personas y claramente son una colección multinacional de todas partes del mundo”, dijo.
El rol israelí
El domingo circuló información de que tropas de élite israelíes participaban en el rescate de los rehenes. En entrevista telefónica con la edición digital del diario israelí Yediot Aharonot, el número dos de la embajada israelí en Kenia, Yaki López, rechazó describir el papel civil o de seguridad de su país en este caso.
“No nos pronunciamos sobre ese tema”, subrayó antes de señalar con vaguedad: “Nos encontramos aquí, comprobamos cómo se puede ayudar, estamos en el terreno”.
La única funcionaria israelí que abordó el tema de Kenia fue la ministra de Sanidad, Yael German, quien confirmó que recibió una petición de ayuda médica de las autoridades de ese país.
Los asesores israelíes sólo cooperan con las fuerzas kenianas en la estrategia de negociación con los atacantes y en la planificación del asalto para reducir a los secuestradores, de acuerdo con estos analistas citados por la agencia.
Según los cables revelados por Wikileaks, en marzo de 2007 el director general del Ministerio de Exteriores de Kenia, Tom Amolo, habría afirmado a un diplomático de EU que Israel era “un socio geo-estratégico clave” y un “adecuado contrapeso para aquellos estados en nuestra región que no comparten nuestros valores”.
Los ataques terroristas de Al-Qaeda en la sede estadunidense en Nairobi en 1997 supusieron un toque de atención para la inteligencia israelí en relación con la amenaza terrorista en África.
Posteriormente, en 2002 los ataques contra turistas israelíes en Mombasa y el intento de alcanzar con un misil un avión de la compañía aérea israelí Arkia, encendieron todas las alarmas.
El presidente israelí Shimon Peres envió una carta a su homólogo keniano Uhuru Kenyatta, expresando su pena por la pérdida de vidas en el ataque al centro comercial.
En la misiva, Peres agrega que “en Israel conocemos el dolor del terror y haremos lo que podamos para apoyar al pueblo” keniano.
Por qué Kenia
Situado en el centro oriental de África, Kenia tiene por vecinos a Etiopía al norte, Somalia al este, Tanzania al sur, el océano Índico en el sureste, Uganda al oeste y Sudán del Sur al noroeste. Su ubicación geográfica determina su política exterior y de ahí su presencia en el conflicto interno de Somalia.
Algunos especialistas consideran que la creciente sofisticación de Al-Shabaab radica en que hizo causa común con milicias radicales, como las filiales de Al-Qaeda en Yemen y el Norte de África, así como con el grupo Boko Haram -grupo islámico radical que apenas el pasado fin de semana pasada ocasionó 142 muertes en Borno, al norte de Nigeria-. “Comparten tácticas, técnicas, entrenamiento y financiamiento”, dijeron fuentes privadas a The New York Times (NYT).
Esos recursos los habría usado Al-Shabaab en el asalto al centro comercial Westgate en Nairobi, para castigar al gobierno de Kenia en su propio territorio por involucrarse en el conflicto de Somalia. Al mismo tiempo, buscaría escarmentarla por sus vínculos con Estados Unidos.
Para combatir a Al-Qaeda y a la piratería somalí, Kenia estableció una estrecha cooperación con EU, que se ha traducido en la presencia de las más importantes agencias de seguridad de aquel país en su territorio.
El embajador de Washington en ese país, Robert F. Godec, fue en su momento coordinador para contraterrorismo del Departamento de Estado y la estación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Kenia está entre las más grandes de África.
A pesar de ello, una fuente dijo al NYT que en los últimos tiempos en las intercepciones electrónicas no había aumentado ninguna charla que apuntara a un posible ataque en la capital de Kenia. Sin embargo, el centro comercial Westgate, era uno de las tres mayores plazas comerciales en Nigeria sobre las que funcionarios de la embajada de EU manifestaron a las autoridades kenianas su preocupación, por su falta de seguridad.