NACIONES UNIDAS. El crecimiento de la economía mundial será insuficiente por sí solo para acabar con la pobreza extrema para 2030, por lo es preciso transferir fondos internacionales para este fin, advierte un estudio del organismo Iniciativas de Desarrollo.

 

Según el reporte titulado Inversiones para terminar con la pobreza, presentado hoy en la sede de la ONU,  el número de personas en pobreza extrema en el mundo disminuyó de 43% en 1990 a 21 puntos en 2010, lo que sugiere que es posible erradicar este flagelo para 2030.

 

Sin embargo, advierte que incluso en los escenarios más optimistas, el crecimiento económico por sí solo podría dejar a 100 millones de personas aún en esta condición en el año 2030, es decir, subsistiendo con menos de 1.25 dólares diarios.

 

Por ello, la asistencia debe ser mejor enfocada y mejor coordinada con otros flujos financieros con el fin de multiplicar su efectividad. Asimismo, es preciso contar de manera correcta al número de personas en pobreza y rastrear los recursos disponibles para revertir su situación.

 

El estudio resaltó que pese a que la asistencia a países menos desarrollados se ha duplicado desde el año 2000 para alcanzar los 2.1 billones de dólares en 2011, los recursos destinados a estas naciones aún tienen muchas limitaciones.

 

El organismo subrayó que los gobiernos de los países en desarrollo están en la mejor posición para reducir la pobreza extrema, pero que 82% de las personas que viven en esta condición están en naciones que gastan menos de mil dólares al año por individuo.

 

“La asistencia juega un papel crítico cuando los gobiernos no pueden o no quieren invertir. Puede ser dirigida a la personas más pobres o empleada para obtener más fondos”, asentó el informe.

 

Aseguró que 400 millones de personas en África subsahariana viven en pobreza extrema y requieren intervenciones más allá de los más amplios beneficios del crecimiento para que puedan superar riesgos y barreras estructurales para salir de su situación.