Justo cuando una gran cantidad de medios de comunicación se habían volcado con un sinnumero de elogios a Jorge Mario Bergoglio por la aparente actitud progresista del nuevo Papa, desde que dijera que quién era él para juzgar a los homosexuales y su petición por una iglesia más compasiva y menos estricta en sus reglas, cae como balde de agua fría, su determinante condena al aborto, dada a conocer el pasado viernes 20 de septiembre.
Los titulares en que se le calificaba de radical en un tono ocurrente como hiciera The Atlantic wire, e incluso del Beyoncé de la iglesia católica como lo señaló la revista digital Jezebel, habrán de recular pues todo evidencia que Bergoglio no es tan distinto a Ratzinger ni a Wojtyła y el malinterpretado discurso por los medios, que diera en una reciente entrevista dada a conocer el jueves 19, fuera sólo una estrategia más para acercar feligreses ante la crisis de adeptos que vive la iglesia católica.
La Papamanía generada había sido muy apresurada, sobre todo cuando se conocía del rechazo al aborto de Bergoglio, desde antes de que fuera Papa, así como el hecho de que en la exclusiva y malinterpretada entrevista que se le realizara por parte de Antonio Spadaro, editor en jefe de La Civiltà Cattolica, el periódico italiano de la orden jesuita, y se diera a conocer en inglés en America Magazine, el Papa señalara: “No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos…ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”.
Y es muy cierto ya conocemos la posición de la iglesia católica que se inmiscuye en las decisiones de las mujeres sobre sus propios cuerpos y que enarbola la maternidad y la vida de un embrión por encima de la vida de las mismas mujeres. También es cierto que el Papa al ser el máximo representante de la iglesia católica tendría una postura ad hoc a la misma, entonces la sorpresa fue que los medios aventuraran sus aseveraciones.
Más bien me parece que para el Papa, los temas del aborto, matrimonio homosexual y anticonceptivos han resultado un fastidio, no le parecen lo suficientemente importantes y por lo tanto no dignos de hacer mención sobre ellos, pues a la vez que desea jalar nuevos feligreses, que suelen ser un tanto más abiertos a estos temas que en el pasado no quiere perder al ala más conservadora de la iglesia católica y a la vez traicionar sus propias posturas con respecto a esos temas. Situación compleja, entonces.
A mí en lo particular progresista nunca me pareció, nada más basta recordar que en 2009 señaló al aborto como “cultura de la muerte”, concepto no tan distinto a “cultura de desecho” como recientemente declaró en Roma en donde añadía que los medicos católicos han sido forzados a “no respetar la vida”.
En 2009 L’Osservatore Romano, informaba que el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina llamaba a defender la vida humana desde la concepción hasta su fin natural, y que con motivo de la festividad de San Ramón Nonato, santo invocado por las mujeres embarazadas, las que desean quedar embarazadas o que están experimentando un embarazo difícil, distribuía imágenes del referido santo en las casas a través de sus “mensajeros de la vida” que se encontraban en la batalla contra la “cultura de la muerte”. Más manipulador no podía ser.
También habría que sumar que Bergoglio se opuso a los esfuerzos de la presidenta argentina Cristina Fernández por distribuir anticonceptivos de manera gratuita y su rotunda negativa a la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo en Argentina en 2010.
Otro de los varios temas que surgieron durante el diálogo que mantuvo el Papa, Francisco I, con Spadaro durante seis horas a lo largo de tres sesiones el 19, 23 y 29 de agosto, fue el del papel de la mujer en la iglesia católica. Ya desde su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil celebrada en julio del presente año, el Papa hablaba de la necesidad de una teología femenina y de su participación en la iglesia, y fue en esta entrevista que dio AÚN MÁS polémicas y confusas declaraciones sobre el tema.
La primera: “Soy cuidadoso de una solución que puede ser reducida a una especie de ‘machismo femenino’, porque la mujer tiene una composición diferente de un hombre. Pero lo que he oído sobre el papel de la mujer a menudo se inspira en una ideología del machismo”.
¿“Machismo femenino”? Me pregunto ¿qué quiere decir con ello?, ¿se referirá al feminismo? Porque si es así que negativa y falsa noción tiene del mismo, ya que el feminismo busca la plena igualdad entre mujeres y hombres en una sociedad equitativa, sin jerarquizaciones políticas, económicas, de raza, sexo, preferencia e identidad sexual, religiosas, étnicas. Y cuando habla de que las mujeres tienen una composición diferente al hombre ¿sera en lo biológico, espiritual, psicológico? y ¿eso influenciará en la capacidad de una mujer para ser obispo, cardenal, Papa, miembro de la Curia?
La segunda: “Tenemos que trabajar más duro para desarrollar una profunda teología de la mujer”.
Duro ya se ha trabajado, ya que existe una gran producción editorial, de organizaciones y conferencias en el mundo sobre teología feminista. Lo que puedo notar es que el Papa no tiene ni la menor idea de qué ya existe, o que lo más possible es que no le ha interesado acercarse a la misma. Sería una buena idea que leyera Introducción a la Teología Feminsita de Ann Clifford.
Ya desde el Cónclave en el que fue elegido Bergoglio, Erin Saiz Hanna, directora de la Conferencia de la Ordenación de Mujeres (Women’s Ordination Conference, o WOC en ingles) había protestado lanzando en vez del humo blanco y/o gris que caracteriza la elección definitiva o tardanza en escoger nuevo Papa, un humo rosa como signo de las voces de las mujeres que fueron excluidas de la elección del nuevo Papa y de la falta de ordenación de mujeres y equidad entre hombres y mujeres dentro de la Curia romana. Así que de eventos que están haciendo visible la falta de participación de las mujeres en la iglesia hay muchos.
La tercera: “La mujer es imprescindible para la Iglesia. Se necesita el genio femenino donde se toman decisiones importantes”.
No puedo evitar pensar en la crítica que hizo la escritora Rosario Castellanos al llamado “ángel del hogar”, ¿se estará refiriendo el Papa a la necesidad de ese ser mítico vinculado al espacio de lo domestico? ¿qué será eso del genio femenino?
En fin, lo único que me queda muy claro es que el Papa esta muy pero muy lejos de ser amigo de las mujeres.