CIUDAD DEL VATICANO. El Papa emérito Benedicto XVI aseguró que jamás encubrió los abusos sexuales de los sacerdotes, en una larga carta enviada a un matemático italiano como respuesta a una crítica a su libro “Introducción al cristianismo”.
Desde su retiro, que transcurre en el monasterio “Mater Ecclesiae”, ubicado dentro del Vaticano, Joseph Ratzinger, redactó una misiva de 11 páginas a Piergiorgio Odifreddi, quien en 2011 le dedicó el libro “Querido Papa, te escribo”.
De la carta del pontífice emérito, con fecha del 30 de agosto y que el correo entregó al matemático el 3 de septiembre, se publicaron algunos pasajes este día por el diario italiano “La Repubblica”.
“En cuanto a lo que usted dice del abuso moral de los menores de parte de sacerdotes, puedo -como usted sabe- tomar nota sólo con profunda consternación. Jamás he intentado encubrir estas cosas”, escribió Benedicto.
“Que el poder del mal penetre hasta tal punto en el mundo interior de la fe es, para nosotros, un sufrimiento que, por una parte debemos soportar mientras, por otra, debemos al mismo tiempo, hacer todo lo posible para que casos de ese tipo no se repitan”, agregó.
En respuesta a un capítulo del libro de Odifreddi, el Papa en retiro sostuvo que no es motivo de alivio que, según las investigaciones de los sociólogos, el porcentaje de los sacerdotes reos de estos crímenes no es más alta de aquella presente en otras categorías profesionales asimilables.
“En todo caso no se debería presentar ostentosamente esta desviación como se tratase de una inmundicia específica del catolicismo”, insistió.
En su carta Ratzinger reconoce que leyó algunas páginas del volúmen del matemático “con gozo y ganancia”, pero se dijo maravillado por haber visto “una cierta agresividad y descuido en la argumentación” en otras partes.
Aportó varios argumentos por los cuales considera que la teología no es ciencia ficción, como sostiene Odifreddi, y sostuvo que, si bien existen patologías de la religión, también se dan patologías de la razón, que no son menos peligrosas.
Estableció que si bien no es lícito callar sobre el mal en la Iglesia, no se debe tampoco callar respecto de la “gran estela de luminosidad, de bondad y de pureza”, que la fe cristiana ha trazado a lo largo de los siglos.
Según Benedicto en la actualidad la fe empuja a muchas personas al amor desinteresado, al servicio por los otros, a la sinceridad y a la justicia.
En uno de los pasajes más críticos, el Papa emérito reclamó a su interlocutor que haya dicho que Jesús no es digno de su rango científico.
“Si usted pone la cuestión como si de Jesús, en el fondo, no se supiera nada y de él, como figura histórica, nada haya sido comprobado, entonces puedo sólo invitarlo a hacerse un poco más competente desde el punto de vista histórico”, escribió.
“Mi crítica a su libro es en parte dura. Pero la franqueza es parte del diálogo, sólo así puede crecer el conocimiento. Usted ha sido muy franco y entonces aceptará que yo también lo sea”, aclaró.