Ingrid y Manuel han sido de los fenómenos meteorológicos más fuertes que ha tenido el país; la pérdida de vidas y los daños a la infraestructura carretera y portuaria podrían llegar a representar hasta dos puntos porcentuales del PIB. Tan sólo en el caso del puerto de Acapulco los daños a la carretera podrían dejar cerca de 10 mil cuartos de hotel vacíos en el mes de septiembre y octubre. Será todo un reto si Acapulco llega a la normalidad para el puente del Día de Muertos.

Así como el sector turismo está pasando por un periodo de pérdidas en ventas e incertidumbre, lo mismo sucede en el mercado de las drogas. Hay cargamentos de cocaína perdidos, bodegas inundadas, mercancía que no puede ser transportada hacia la frontera norte, cargamentos que no salen de Sudamérica hacia México y cosechas que se han podrido por exceso de agua o han quedado cubiertas por lodo.

 

La destrucción de infraestructura portuaria y carretera van a incidir en el mercado de la cocaína y los daños por los deslaves y afectaciones en caminos rurales impactarán la cosecha y siembra de heroína y marihuana. Por ejemplo, el desbordamiento del río Badiguarato y los deslaves en la carretera federal número 24, rumbo a El Sabino, van a crear dificultades para el traslado de marihuana y heroína. En Acapulco, que se ha vuelto una bodega de cocaína y actualmente es controlado por los Beltrán Leyva, existe una alta probabilidad de pérdida de inventarios. A su vez, la ruta Zihuatanejo–Ixtapan de la Sal–Toluca–Monterrey se encuentra cerrada en varios tramos y las custodias y retenes militares han aumentado porque las contingencias continúan.

 

El desabasto, que será de corto plazo, se vuelve incentivo para aumentar la violencia, ya que habrá proveedores y productores que incumplan sus contratos y ventas, así como grupos de “inversionistas” que exijan el cumplimiento de las transacciones, a pesar de que la mercancía se haya perdido por culpa de Manuel. Si bien es cierto que las lluvias han afectado a todo el país, el efecto en el Pacífico ha golpeado más en el mercado de la droga. Las lluvias en Veracruz y Tamaulipas no tuvieron un impacto tan pronunciado en los puertos y carreteras de las entidades.

 

Estos ajustes temporales al mercado tendrán la misma duración que la afectación a la actividad económica y deberían de ser aprovechados por las áreas de investigación de las diferentes corporaciones para recortar los flujos de droga. Los nuevos embarques de cocaína tendrán que buscar otras rutas, que si bien son temporales, harán que se tomen mayores riesgos y ahí es donde las autoridades tendrán ventaja para aumentar los decomisos.

 

La siembra de marihuana y heroína necesitarán nuevas tierras temporales. Inclusive, hay indicios de sustitución de tierras en estados como Zacatecas, que ahora tienen excedentes de agua. Por ello, es importante reforzar la inversión en drones y otros elementos de monitoreo aéreo con el objetivo de poder detectar estos movimientos.

 

Sin embargo, lo que queda evidente a todas luces después de Ingrid y Manuel, es que se necesitan más recursos tanto para la Marina como para el Ejército y la Policía Federal. La labor de la Marina en Acapulco fue vital para mantener el puente aéreo las primeras horas, el Ejercito realizó labores de rescate en las primeras horas y la Policía Federal inclusive perdió a miembros de su grupo.