A pesar de ocupar las últimas posiciones en la tabla general, Guadalajara y Atlas mostraron su mejor cara en lo que va del torneo y ofrecieron un muy buen espectáculo este domingo, en el clásico tapatío, el cual terminó empatado a un gol.
Las emociones comenzaron desde los primeros minutos, con una jugada que terminó en la red de las Chivas y que fue mal anulado por el árbitro central Jorge Pérez, quien terminó por convertirse en el villano del encuentro, ya que además de anular de manera equivocada esa primera opción rojinegra también en la última jugada del encuentro no marcó una clara falta sobre el delantero rojinegro Matías Vuoso que debió haber sido penalti. En cambio, Pérez Durán amonestó al atlista, en lo que claramente fue un nuevo error y que perjudicó al mismo equipo.
Si bien la actuación arbitral generó polémica, lo justo es decir que Chivas jugó mejor que Atlas durante todo el partido, a pesar de que los rojinegro se adelantaron en el marcador al minuto 19, con gol de Facundo Érpen, al conectar de cabeza y mandar el balón al fondo.
El rebaño se fue al ataque y generó opciones importantes, la figura del arquero atlista Miguel Pinto destacó para salvar al menos dos ocasiones claras y bien generadas por el Guadalajara.
El balón era de Chivas pero Atlas estuvo cerca de aumentar su ventaja tras un contragolpe que Omar Bravo cruzó demasiado.
Cuando el reloj llegaba a su parte final, al minuto 85, Marco Fabián finalmente concretó una de las tantas jugadas que generaron. Fue una gran pared con Rafael Márquez, quien dejó frente a la portería a Marco Fabián con un gran pase y éste no desaprovechó la oportunidad para fusilar al hasta ese momento imbatible arquero Pinto.
El empate era merecido, incluso parecía poco premio para Chivas, pero la jugada final cambió el mal sabor de boca por el resultado al lado atlista, ya que Matías Vuoso fue claramente derribado en el área de manera ilegal por Héctor Reynoso. El árbitro no sólo no marcó penalti, sino que además amonestó al jugador rojinegro por intentar engañarlo.
Al terminar el partido los jugadores del Atlas se fueron encima del árbitro y su técnico, Omar Assad, salió expulsado.
A pesar de que el punto le sabe poco a los dos equipos, ya que ambos siguen en el fondo de la clasificación general, fue un clásico tapatío con emociones y goles, además de resaltar la tribuna casi llena. Desafortunadamente será del árbitro de quien más se hable, ya que perjudicó, y en dos ocasiones, al Atlas.