En unos 20 años, 47% de todos los puestos de trabajo podrá ser reemplazado por los sistemas de automatización y los robots, según un nuevo estudio publicado por científicos de la Universidad de Oxford.
El reporte indica que la tecnología robótica avanza a un ritmo rápido, los robots humanoides con sistemas de coordinación y visión avanzada muy pronto se harán cargo tanto de los puestos de trabajo más humildes, como los “de cuello blanco”.
Esto es sólo el primer capítulo de la revolución robótica que rápidamente dejará el trabajo humano prácticamente obsoleto.
En otro reporte, el experto en teorías de la conspiración Mike Adams afirma en su portal NaturalNewsque en las próximas tres generaciones (unos 75 años), “veremos como los robots humanoides se apoderan de casi todos los papeles de trabajo tradicionales de la sociedad, incluyendo la manufactura, la agricultura, la construcción, los servicios de comida e incluso la policía”.
“La mayor parte del trabajo físico realizado hoy por el hombre será entregado a los robots de forma humanoide construidos imitando a los humanos: con dos brazos, dos piernas, dos ojos”, dice.
“No habrá más necesidad de gente para recoger las cosechas, pintar las casas, limpiar las ventanas o incluso luchar en las guerras. Los robots humanoides se harán cargo de todas las tareas repetitivas, peligrosas, desagradables o aburridas que los seres humanos abordan en la actualidad, desde la limpieza de baños y pisos de barrido, a la conducción de taxis”, afirma Adams.
No obstante, otros expertos creen que una revolución tecnológica implicará que programas de computadora reemplacen también a los que tienen “trabajos de cuello blanco”, en campos tales como la administración, la contaduría, la medicina y el derecho.
El economista Tyler Cowan dijo a la agencia BBC Mundo que ese desvanecimiento de las profesiones de la clase media será realidad. El experto subraya que la automatización de los empleos hasta su extinción beneficia a la clase alta, pero empobrece a la clase media.
“Lo que hemos observado en las economías occidentales durante los últimos 40 años es que la automatización ha reemplazado más y más empleos en el sector manufacturero. Y eso continuará. Cada año, los ordenadores son más rápidos y la calidad del software mejora, así que más tareas pueden ser hechas mejor y más baratas por ellos”.
Según Cowan, las profesiones que se ven más amenazadas por el avance de la tecnología son “los abogados, profesores o periodistas (…) su trabajo se puede automatizar en cierta medida, y esa medida crece cada vez más. Por ejemplo, ya es posible calificar exámenes en prosa con computadores y lo hacen bastante bien”.
“No es que el cargo va a desaparecer completamente sino que el trabajo cambiará y posiblemente se necesitarán menos seres humanos en el proceso”.
“Así, incluso en los servicios legales, uno pensaría que un robot no podría ser un abogado y eso es cierto, pero las búsquedas computarizadas están haciendo el trabajo que solían hacer los abogados asistentes. Incluso en diagnóstico médico. Estamos a 2 o 3 años de tener el programa de inteligencia artificial llamado Watson que lo hará mejor que virtualmente todos los doctores”, señaló Cowan.
LO QUE NO HACEN LAS MÁQUINAS
La economía está creando nuevos cargos con altos salarios en los sectores comercial, de informática y financiero, pero no muchos.
En términos de creación de empleos, la mayoría –cuatro de cada cinco- son de los que pagan poco y no ofrecen contrato fijo.
Para no perder la carrera al futuro, hay que moverse con confianza en el mundo de la inteligencia artificial. Según Cowan, el aumento de oferta de empleo en la parte inferior de la escala de ingresos se debe a que hay ciertas tareas que la tecnología sencillamente no puede remplazar… todavía.
“En el sector de servicios, la persona que lo recibe cuando llega a un restaurante, aquellas que le asisten con cosas pequeñas en las grandes tiendas de departamentos, en los supermercados. Quizás su teléfono inteligente puede ayudarle pero esos empleos seguirán proliferando”.
El economista vaticina que la desigualdad aumentará, que “habrá más gente de clase media baja a la que le quedará difícil pagar algunas de las necesidades básicas y eso es un problema. Creo que tendremos un gran boom tecnológico pero la ganancia será distribuida inequitativamente”.
El desafío entonces es evitar que aumente la clase marginal permanente alimentándola con gente que percibe salarios demasiado bajos.
“No es que no habrá empleo para los seres humanos, sino que los nuevos empleos del futuro girarán alrededor de una cuestión: ¿puede trabajar bien con estas máquinas? Y si esa es un área que no maneja, este es el momento de entrenarse”, aconseja Cowan.