Los sectores bancario y financiero casi nunca forman parte del “top of mind” de los consumidores cuando se realiza un sondeo sobre las compañías con mejor reputación. El fenómeno es mundial, pero es todavía más acentuado en México, donde los bancos son percibidos en lo general como entusiastas en el cobro y cargo de comisiones, pero reacios en extremo al crédito (como botón de muestra, basta ver los estudios del Reputation Institute de años recientes). La situación se agrava si se toma en cuenta la historia de la banca mexicana, donde los fantasmas de rescates onerosos han configurado, con justicia o no, un panorama adverso para los bancos en materia de percepción pública.

 

Conscientes de esta realidad, los directivos de Grupo Financiero BBVA Bancomer han establecido una serie de medidas destinadas a apuntalar el concepto de “banca responsable” entre sus grupos de interés o “stakeholders”. BBVA Bancomer ha concentrado sus esfuerzos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en cinco vías: migración, educación, cultura, centros productivos y programas de apoyo a desastres naturales. Hasta ahora, quizá la faceta más vistosa ha sido la de migración, gracias al financiamiento del documental Los que se quedan, de Juan Carlos Rulfo, y a un programa de becas a comunidades de origen de migrantes. Eso está a punto de cambiar, cuando se anuncie hoy a mediodía el lanzamiento del proyecto Universidad Bancomer, iniciativa creada impulsar la carrera profesional de los empleados de la institución.

 

La intención es que Universidad Bancomer permita terminar a los colaboradores que lo requieran con sus estudios de bachillerato y licenciatura, además de impulsar el desarrollo de habilidades a través de la impartición de posgrados que vayan orientados a ofrecer un mejor servicio.

 

En la primera etapa, la cual cubrirá  de 2013 a 2018, se espera matricular a más de mil personas por año en los distintos niveles ofrecidos.

 

De cumplir esta meta, nobleza obliga, BBVA Bancomer se situará como líder en el desarrollo corporativo de soluciones formativas y de gestión del conocimiento. La inversión, quizá el indicador más fidedigno de la seriedad de esta clase de esfuerzos, es sólida: 20 millones de pesos por año.

 

Universidad Bancomer está orientada a apuntalar al tema educativo como el objeto social del banco, ya no sólo como una acción que los vincule a la comunidad, sino como un esquema que promueva el desarrollo de sus más de 37 mil empleados en toda la República Mexicana.

 

Con frecuencia se olvida, pero la RSE no se agota en acciones externas; junto a la sustentabilidad y una gobernanza que garantice la ética en la toma de decisiones, una empresa socialmente responsable también se ocupa de desdoblar políticas de bienestar para los integrantes de su organización. Por lo general, en el grueso de las organizaciones estas políticas tienden a agotarse en cuestiones menores, casi decorativas. Rara vez se traducen en esquemas que acerquen a la institución a una “meritocracia” que busque desterrar el despotismo y genere una genuina movilidad jerárquica de los cuadros más calificados.

 

Con esfuerzos como el de Universidad Bancomer, la vinculación entre capacitación y empresa se fortalece a grados superlativos. Es una manera efectiva de institucionalizar el compromiso de la compañía con el desarrollo de sus empleados. No sólo es deseable que el proyecto de Universidad Bancomer fructifique en el mediano plazo, sino que sea imitado por otras compañías del mismo calibre.

 

Post scriptum. Mario Molina, premio Nobel, dará una conferencia sobre cambio climático este miércoles a las 18 horas en la Universidad Iberoamericana. El reciente informe del IPCC/ONU será uno de los tópicos. La entrada es libre.

 

mauricio@altaempresa.com